Como era de esperarse, el papa emérito Benedicto XVI dejó todo ordenado y cumplió con sus asuntos pendientes –al menos administrativos–, antes de dejar el cargo.
Uno de estos gestos fue la carta enviada al presidente del Perú, Ollanta Humala, como respuesta al saludo remitido por este en nombre del todo el país al final de su pontificado. En la misiva oficial, el mandatario le agradecía por su ministerio apostólico y por la atención que siempre tuvo por el Perú.
Según fuentes vaticanas, en dicha comunicación, remitida por la Secretaría de Estado, el papa agradeció vivamente el amable gesto del gobernante y a través suyo, impartió la bendición apostólica «a los hijos e hijas del Perú», asegurándoles su oración.
Benedicto XVI ejerció el gobierno de la Iglesia católica durante más de siete años, desde abril de 2005 hasta febrero de 2012, cuando renunció al solio pontificio por motivos personales.