La presidenta basileña Dilma Rousseff se presentó, para una audiencia privada con el papa Francisco, un poco antes de las 11 de la mañana y la entrevista duró unos quince minutos. Antes había sido recibida por el secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, y el secretario para las Relaciones con los Estados, monseñor Dominique Mamberti.

Aunque no es costumbre hacer un comunicado sobre estas audiencias privadas, a requerimiento de los medios de comunicación, el portavoz vaticano, padre Federico Lombardi, ha declarado que la entrevista fue muy cordial. La presidenta Rousseff reiteró --ya lo había hecho ayer durante el saludo de todas las delegaciones oficiales llegadas a Roma para el inicio del pontificado- su invitación al papa para que vaya a Brasil con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud.

Hubo un intercambio de regalos. El papa regaló a la presidenta brasileña una edición del documento de Aparecida (el resultado de la V Conferencia General del Episcopado de América, que tuvo lugar precisamente en Brasil, y a cuya clausura asistió Benedicto XVI).

Este documento de Aparecida que marca las líneas maestras para la Nueva Evangelización en América y que contiene un detallado análisis sobre la situación del Nuevo Mundo, también había sido regalado por el papa a Cristina Fernández, presidenta de Argentina, durante el almuerzo que mantuvieron en la Casa de Santa Marta el día 18 de marzo, en vísperas de la misa de inauguración del pontificado.

El papa Francisco, entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio, desempeñó un papel significativo en la redacción del borrador del documento que luego fue enviado al santo padre para su redacción final.

A la pregunta de los periodistas de una posible visita del papa Francisco al santuario de Nuestra Señora Aparecida, el padre Lombardi afirmó que todavía no tenía detalles de la agenda del papa para su visita a Brasil. Normalmente la Santa Sede no confirma los viajes del pontífice sino en las fechas inmediatas a la visita y deja que sean las Iglesias locales la que lo anuncien primero. En este sentido, varios cardenales brasileños han anunciado el viaje del papa Francisco al país con el mayor número de católicos de América Latina.