Un cristiano iraní, que se era de religión islámica y se convirtió fue condenado a diez años de prisión, acusado de “crímenes contra la seguridad del Estado” pues había distribuido copias del evangelio en su país.
Lo informó hoy la agencia Fides, precisando que Mohammad-Hadi BordBar, conocido como Mostafa, natural de la ciudad de Rasht, ha sido acusado de conspiración y condenado. Mostafa ya había sido detenido en 2009 debido a su conversión al cristianismo y declarado culpable de apostasía, pero había sido puesto en libertad bajo fianza.
Los documentos de la corte -indica Fides- muestran que el hombre habría confesado “haber dejado el Islam para seguir el cristianismo”, y “considerando la evangelización un deber suyo, había distribuido 12.000 evangelios de bolsillo”.
Después de haber recibido el bautismo, Mostafa, había comenzado una “iglesia en casa”, una asamblea de adoración doméstica, con reuniones de oración que fueron consideradas “ilegales”.
Mostafa fue detenido en Teherán, el 27 de diciembre de 2012, después de una redada policial en su domicilio. Los agentes de seguridad detuvieron e interrogaron durante horas a todos los presentes en la reunión, unos 50 cristianos iraníes.
En su casa la policía encontró material de publicaciones cristianas, como películas, libros, CD y más de 6.000 copias del Evangelio.
En otro caso reciente, señalado a la Agencia Fides por la Agencia iraní cristiana “Mohabat News”, un tribunal de la ciudad de Robat-Karim, al sur de Teherán, ha condenado a un año de prisión y dos años de exilio al joven Ebrahim Firouzi, otro cristiano iraní, por “actividades de evangelización y distribución de biblias”, consideradas, “en oposición al régimen de la República Islámica de Irán”.
En la sentencia el juez describe a Ebrahim Firouzi como “culpable de actos delictivos por haber celebrado reuniones de oración en casa y por difundir entre los jóvenes el libertinaje y dudas sobre los principios islámicos”.
El joven ha sido arrestado en marzo de 2013. Como recuerdan las ONG “Barnabas team” y “Christian Solidarity Worldwide”, comprometidas con la defensa de los cristianos en el mundo, en los últimos años el interés de los jóvenes iraníes por el cristianismo ha hecho que la conversión a la fe de Cristo sea un problema preocupante para las autoridades iraníes.
Muchas iglesias de lengua Farsi han sido cerradas en Teherán y otras ciudades, mientras que la presión sobre los cristianos convertidos del Islam va en aumento. El nuevo presidente iraní, Hassan Rouhani, ha hablado de una posible “reforma de los derechos civiles” pidiendo recientemente la clero religioso islámico “detener la interferencia del Estado en la vida privada de las personas”.