El santo padre se ha reunido esta mañana en el Vaticano con la delegación del «Simon Wiesenthal Center», organización internacional judía por la defensa de los derechos humanos.
Francisco recordó al inicio de su discurso que este encuentro ya había sido fijado por su «amado predecesor Benedicto XVI, al cual habían solicitado poder visitarlo y a quien va siempre nuestros afectuoso pensamiento y nuestra oración».
Del mismo modo, el santo padre ha reconocido que estos encuentros son de parte de la delegacion «un signo de respeto y de estima hacia el obispo de Roma, del cual estoy agradecido y al cuál corresponde la consideración del papa por la obra a la cual os dedicáis: combatir cualquier forma de racismo, intolerancia y antisemitismo, preservando la memoria de la Shoah y promoviendo la comprensión recíproca mediante la formación y el compromiso social».
Por otro lado, Francisco ha subrayado: «El problema de la intolerancia debe ser afrontado en su conjunto, allí donde cualquier minoría es perseguida y marginada por motivo de sus convicciones religiosas y étnicas. El bien de toda la sociedad está en peligro y todos debemos sentirnos implicados».
En concreto, el papa ha dirigido un pensamiento con particular dolor «a los sufrimientos, a las marginaciones y a las persecuciones auténticas que no pocos cristianos están sufriendo en distintos países del mundo.
«Unamos nuestras fuerzas para favorecer una cultura del encuentro, del respeto, de la compresión y del perdón recíproco» dijo. Y para la construcción de esta cultura, el papa Francisco ha subrayado «la importancia de la formación: que no es sólo transmisión de conocimientos, sino el paso de un testimonio vivido, que presupone el establecerse de una comunión de vida, de una ‘alianza’ con las generaciones jóvenes, siempre abiertas a la verdad».
Al respecto, ha matizado que «debemos sobre todo ser capaces de transmitir la pasión por el encuentro y el conocimiento del otro, promoviendo una implicación activa y responsable de nuestros jóvenes». Al concluir el discurso, el pontífice ha animado a la delegación a continuar transmitiendo a los jóvenes el valor del esfuerzo común para rechazar muros y construir puentes entre nuestras culturas y tradiciones de fe».