Ante las elecciones que se celebrarán en la Comunidad de Madrid el 26 de octubre, los prelados han apelado en una nota «a los católicos y a todos aquellos que nos quieran escuchar y acoger nuestra palabra» «con el fin de iluminar la conciencia a la hora de emitir el voto como responsabilidad inalienable de la participación en el bien común».
Los siete obispos, encabezados por el arzobispo de Madrid, el cardenal Antonio María Rouco Varela, han recordado la visita que Juan Pablo II realizó a España el pasado mes de mayo, que «contribuyó sin duda con la fuerza de su supremo magisterio a iluminar y orientar, de cara a las elecciones municipales y autonómicas, la conciencia cristiana en los diversos problemas que forman parte de la vida diaria y que reclaman luz y sabiduría política».
«Los acontecimientos posteriores ocurridos en la constitución de la Asamblea de la Comunidad Autónoma de Madrid, que afectan gravemente al bien común e interpelan de manera significativa a todos los ciudadanos, han generado un nuevo escenario político y social. La relevancia de lo ocurrido supone una llamada a asumir la responsabilidad moral y política que a todos nos concierne, en especial a los candidatos y a los partidos políticos que les presentan, y representan», prosiguen.
Por eso, los obispos dan una serie de pautas «que contribuyan a clarificar la conciencia moral en orden a la construcción del bien común». La primera de ellas es «la defensa de los derechos fundamentales de la persona, especialmente el derecho a la vida».
«El aborto, la eutanasia, el terrorismo, no pueden ser, en ningún caso, justificados, defendidos o amparados», prosigue la nota.
«La vivienda digna y asequible así como al trabajo, reclaman una lucha contra la marginación y una efectiva acogida a los inmigrantes», añaden los prelados.
La educación es otro de los puntos en el que insisten en la nota, y piden que ésta «facilite a los padres el libre ejercicio de la elección del modelo educativo integral que desean para sus hijos».
Finalmente, «la promoción de una cultura que respete los valores morales y religiosos como base imprescindible para la paz y para el bienestar social» es el último criterio que los obispos estiman que los católicos deben tener en cuenta a la hora de votar el 26 de octubre.
