CIUDAD DEL VATICANO, 7 diciembre 2003 (ZENIT.org).- En una meditación de preparación para la Navidad, Juan Pablo II recordó este domingo que Cristo es la paz y la serenidad que buscan los hombres y mujeres de nuestra época.
El mensaje central del Adviento, período litúrgico de preparación para el nacimiento de Jesús, se convirtió en el tema central de la reflexión que el pontífice pronunció al encontrarse con miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano para rezar la oración mariana del «Angelus» a mediodía.
La liturgia del domingo había dejado espacio al llamamiento de Juan Bautista –«preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas»–, mensaje que el Papa calificó de «grito profético que sigue teniendo repercusión a través de los siglos».
«Lo experimentamos también en nuestra época, mientras la humanidad sigue su camino a través de la historia –añadió–. A los hombres del tercer milenio, en busca de serenidad y de paz, les muestra el camino que hay que recorrer».
El Adviento, aclaró, es una invitación a «salir al encuentro de Cristo que viene para salvarnos», aclaró en un día en el que los peregrinos habían desafiado el viento, el frío y la lluvia para ver al Papa.
«Nos preparamos para volver a evocar el nacimiento, que tuvo lugar en Belén hace unos dos mil años; renovamos nuestra fe en su venida gloriosa al final de los tiempos», explicó.
«Nos disponemos, al mismo tiempo, a reconocerlo presente entre nosotros: de hecho, él nos visita también en las personas y en los acontecimientos cotidianos», añadió por último.
El Papa, que apareció en discreta forma física, tuvo dificultades para pronunciar algunas palabras, aunque se le veía en mejor estado que hace dos meses.
Recordando que este lunes la Iglesia celebra la solemnidad e la Inmaculada Concepción, el Santo Padre invocó su intercesión para preparar «el camino del Señor en nosotros mismos y en el mundo».
Como es tradición, en la tarde del lunes, Juan Pablo II tiene previsto ir a la Plaza de España en Roma para ofrecer su homenaje a la Virgen María.