BELGRADO/SAN GALLO, miércoles, 16 junio 2004 (ZENIT.org).- En un verdadero intercambio de dones entre el occidente europeo y los países del Este del continente se podrían superar rasgos de la secularización actual, constataron los secretarios generales de las Conferencias Episcopales de Europa en su encuentro anual, celebrado en Belgrado del 10 al 13 de junio.
«El papel del cristianismo y de las Iglesias en la Europa actual» ha sido el tema central de la reunión.
Los participantes han detectado ciertas señales que indican que «es hora de un nuevo redescubrimiento y propuesta del Evangelio para nuestro continente»; entre ellas citan «el debate en torno a las raíces cristianas de Europa, la desorientación y el miedo ante el terrorismo, la percepción del vacío de fundamentos, la nueva búsqueda de sentido y espiritualidad» o la «difusión de experiencias religiosas ambiguas».
En su opinión, «el desplazamiento hacia el Este de los límites de la Europa económica y política indica una nueva y gran tarea: el intercambio entre las tradiciones y las historias para superar definitivamente el esquema de una Europa del Este y una del Oeste».
En este contexto, «se hace urgente hacer frente a la cultura moderna y a los fenómenos de la secularización y del secularismo». «En occidente existe ya una larga experiencia al respecto, si bien en parte ha fracasado; para el Este la cuestión de plantea de forma nueva», reconocen los participantes, según cita la nota de prensa del «Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa» (CCEE).
«Durante el comunismo los cristianos fueron marginados y humillados: ¿será así también en la Unión Europea? ¿La fe es obligada a permanecer como un hecho privado también en la nueva Europa? Los padres fundadores de la idea de Europa eran cristianos, entonces ¿qué está pasando?»: estos son los interrogantes fundamentales, opinan los secretarios de Europa oriental.
«Es posible un verdadero intercambio de dones –se subrayó en la reunión–: Occidente puede ofrecer al Este su propia experiencia de cómo se puede vivir como cristianos en una sociedad secularizada, y el Este puede ayudar a Occidente a recuperar los valores perdidos».
Los días de encuentro también han acogido un debate en torno a la relación entre cristianismo, laicidad y religiones, y se ha distinguido entre «el laicismo que rechaza el papel de la religión» y «la auténtica laicidad que es un modo de relacionarse entre Estado e Iglesia».
Igualmente se planteó la cuestión «de por qué en algunas naciones de mayoría católica se encuentran con gobiernos o con sistemas mediáticos que parecen particularmente perjudiciales hacia la Iglesia».
«En una sociedad laica –observan— se impone una capacidad por parte de la Iglesia de escuchar las cuestiones existentes y de hallar el lenguaje para ofrecer una respuesta y sobre todo para testimoniar y anunciar que el Evangelio es la “buena noticia” para todos».
La experiencia ecuménica ha tenido un espacio importante en la reunión de Belgrado, con la acogida de los secretarios de los episcopados europeos por parte del patriarca Pavle de la Iglesia ortodoxa de Serbia y por parte del obispo Irinej de Novi Sad en el monasterio ortodoxo de Kovilj.
La nota del CCEE señala que «sería deseable un centro ecuménico para esta región de Europa, sobre todo para favorecer el conocimiento recíproco, el diálogo cultural y la oración».
En su reflexión sobre la situación ecuménica de toda Europa, los secretarios han subrayado la importancia de abrir un proceso «que dé aire nuevo al camino ecuménico».
En cuanto a los proyectos del CCEE, la agenda para el próximo noviembre incluye un simposio entre obispos africanos y europeos para profundizar en la responsabilidad pastoral común ante los grandes desafíos de la evangelización, de la pobreza y de la paz.
Además, se perfila como un nuevo proyecto «la constitución de una comisión para la evangelización y el diálogo que estudie y coordine las relaciones con el judaísmo, el islam, el budismo, las religiones alternativas, las culturas».
El secretario de la Conferencia Episcopal alemana, el padre Hans Langendörfer, tuvo oportunidad de informar sobre los preparativos de la Jornada Mundial de la Juventud de 2005, un evento «en el que se esperan más de un millón de jóvenes».
En encuentro organizado por el CCEE han participado los secretarios generales de 29 países: Albania, Austria, Bélgica, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Bielorrusia, Croacia, Inglaterra, Francia, Alemania, Hungría, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, Polonia, Portugal, Rumanía, Escandinavia, Serbia y Montenegro, Escocia, Eslovaquia, Eslovenia, España, Suiza, Rusia y Ucrania (donde estaba representada la Iglesia latina y bizantina).