Atención a quienes aprovechan la cumbre Río+20 para pasar sus pautas ideológicas

Advierte el cardenal Scherer en un artículo

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ROMA, viernes 22 junio 2012 (ZENIT.org).- Ofrecemos el texto de un artículo sobre la conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible Río+20, firmado por el cardenal Odilo Pedro Scherer, arzobispo de São Paulo, publicado este martes en el diario O São Paulo.

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La Conferencia de Naciones Unidas sobre el clima y el futuro de la economía y de la vida en la Tierra despertó un enorme interés. Incluso si algunos importantes jefes de Estado prefirieron no aparecer, las numerosas delegaciones oficiales revelan que hay una preocupación ampliamente compartida por la sostenibilidad de la economía y el futuro de la vida en nuestra casa común.

Más allá de las delegaciones oficiales, participantes de la Cumbre final de la Conferencia, la sociedad civil también se movilizó y realizó la llamada Cumbre de los Pueblos, que suma numerosas ONG, asociaciones, sindicatos de trabajadores, empresarios, representaciones de Iglesias y religiones, de minorías étnicas… Es una rica y variada expresión de las organizaciones sociales, que manifiestan de manera espontánea y directa las propias convicciones, preocupaciones e intereses de todos los tipos y gustos, para asegurar el desarrollo y el bienestar económico, sin comprometer la sostenibilidad de la vida en nuestro Planeta.

En ese variado conjunto de propuestas, no faltan aquellas que aprovechan la ocasión para intentar pasar sus pautas ideológicas, como una afirmación de que el aborto es «un derecho humano», que la droga sea libre, o que la prostitución debe ser reconocida como una profesión igual a otra cualquiera… Es preciso estar atentos para que, en todo ese actuar, no se venda gato por liebre y no se firmen cheques en blanco, como si todo fuera «buena causa» en favor de la sostenibilidad de la vida en la Tierra… Esa causa precisa, más que nada, de discernimiento y elecciones acertadas.

La Río+20 está proporcionando una gran toma de conciencia sobre las más variadas implicaciones de la cuestión ecológica, que van desde la eliminación adecuada de las basuras al mejor uso de los alimentos disponibles; desde el uso de los combustibles menos dañinos a la vida, al modelo económico adecuado para la distribución más equitativa de los recursos disponibles… Es preciso desarrollar una nueva conciencia, que lleve a una cultura «ecológicamente correcta»; y eso requiere educación atenta en todas las fases de la vida de las personas, desde la cuna hasta la muerte; y en todos los ambientes sociales y niveles de convivencia, desde lo privado a lo colectivo y público… la cuestión interesa a todos.

La Iglesia destaca algunos principios irrenunciables para una solución adecuada de la cuestión ambiental. En el centro de todo debe estar siempre el hombre; es el quien puede arruinar o destruir el ambiente de la vida, o cuidar bien y preservar la casa que alberga y sustenta a todos. La cuestión ambiental, antes de ser un desafío económico y científico, es una cuestión ética y moral. Depende de la decisión del hombre tener actitudes correctas en su relación con la naturaleza. No podemos exigir, con nuestra ganancia, más de lo que la tierra puede ofrecer.

Por otro lado, pretender una solución del problema ambiental, excluyendo el cuidado del hombre, también sería imposible; una solución vendrá con la promoción de una correcta «ecología humana», que supone la superación de la pobreza, la aplicación de más recursos para la educación y la salud, una afirmación clara de la dignidad humana y de los legítimos derechos universales de la persona. es cuestión de una correcta antropología y de solidaridad social.

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ZENIT Staff

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