El Meeting de Rimini para la Amistad entre los Pueblos que se realizó en Italia del 19 al 23 de octubre, ha concluido a la luz de la esperanza, al hablar sobre la libertad religiosa. Al terminar la conferencia, ZENIT ha encontrado a uno de los relatores, el director de Ayuda a la Iglesia Necesitada, Italia (AIN), Massimo Ilardo, que ha ilustrado el pasado, presente y futuro de la asociación que tiene 65 años de actividad.
¿Cuál ha sido la contribución de Ayuda a la Iglesia Necesitada en este Meeting?
–Máximo Ilardo: Hemos tenido la posibilidad, de participar en la conferencia sobre Siria, ilustrando todas las problemáticas que los sirios hoy enfrentan y lo que AIN está haciendo en tal sentido. El año pasado hemos hablado de Irán y en particular las minorías cristianas y su sufrimiento en aquel país y lo que AIN ha hecho por ellos. En el 1987 nuestro fundador vino al Meeting contando la actividad de AIN, y siete mil personas estuvieron en su conferencia. Cuando llegó, todo el público se puso de pie.
El sector italiano de AIN (Aiuto alla Chiesa che Sofre) está desarrollando actualmente un trabajo para hacer conocer su labor, no tanto porque sea una “voz entre las voces” pero para que siga siendo, como lo ha sido durante 65 años, la voz que lleva el tema religioso con una ayuda concreta, gracias a la colaboración de los benefactores, todos privados.
¿Cómo cambia la percepción de la libertad religiosa? ¿Qué ocasiones ha ofrecido este Mitin sobre el tema?
–Máximo Ilardo: La libertad religiosa, con respecto al 1998, cuando publicamos la primera relación sobre el tema, es cada vez más entendida por la gente, sea por parte de las instituciones, que por la prensa y también está llegando al hombre de la calle.
Por cuánto concierne el Meeting hemos escuchado una intervención extraordinaria del cardenal Tauran, aunque todas lo han sido. El tema determinante es siempre del diálogo y este necesita tiempo: no hay grandes novedades, pero lo que se advierte es la existencia de un recorrido que no debe detenerse.
Hay momentos críticos como ahora en Siria y en Egipto, pero no nos olvidamos nunca de otros países en dificultad, como Nigeria.
¿La libertad religiosa es un problema de los países asiáticos o africanos, o es un problema universal?
–Máximo Ilardo: Es un hecho relacionado con la conciencia. Este derecho no tiene que ser concedido por los potente, es algo natural, como la vida. Se inicia a tener más conciencia de este derecho cuando inicia a faltar.
Por cuánto concierne la libertad religiosa, nosotros los cristianos que vivimos en Italia, no nos damos cuenta de la gracia que hemos recibido, porque vivir nuestra fe significa no tener que «alterar» particularmente nuestra vida.
Ser crisitano en un país como Egipto, Pakistán, Irak o Nigeria, significa cambiar estilo de vida. En un país como Pakistán, la mujer no puede decidir la educación de sus hijos, no puede manejar, tiene que caminar un paso atrás del marido, no puede acercarse al marido sino en un cierto modo, etc.
Dos años atrás hemos publicado un texto titulado ¿Por qué me persigues?, y hemos iniciado a difundir un resumen del mismo en las escuelas, en los centros culturales, en las asociaciones, en las parroquias. Hemos difundido 4.500 copias y estamos preparando una nueva edición de manera que nos permita entrar más entre la población.
Hay países como Rusia y otros de la Europa ex comunista que han reconquistado la libertad religiosa después de décadas de persecuciones: ¿ACN ha trabajado en estos países?
–Máximo Ilardo: En Europa del este, nuestro padre Werenfried ha trabajado mucho. Los resultados conseguidos en Rusia y en otras naciones que han padecido las mismas opresiones, empiezan dar frutos por lo que se refiere a las vocaciones.Hay un continuo surgir de nuevas vocaciones, Europa del este está dando grandes resultados. Seguimos siempre lo que sucede en estos países, aunque con una atención un poco menor respecto a la de otros lugares del mundo pero siempre estamos atentos.
En particular en Bosnia y el resto de la ex Yugoslavia. Son países donde ya difícilmente suceden cosas espantosas y por tanto casi no si habla, pero hay fieles huyeron de aquellos lugares y que aún tienen que volver: también estamos trabajando con ellos.
Además tenemos una sección dedicada a la Iglesia ortodoxa y esto es importante por lo que se refiere al diálogo ecuménico e interreligioso. Una Iglesia hermana ayuda otra Iglesia hermana, creo que sea una de las cosas más bellas. Fue una de las intuiciones de nuestro fundador a inicio de los años 90.