Una legislación que no protege la vida favorece una cultura de la muerte

Debate en torno al aborto en el Congreso de Argentina

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BUENOS AIRES, miércoles 2 noviembre 2011 (ZENIT.org).- Doce diputados del Congreso Nacional de Argentina estudiaron en la comisión de Legislación Penal un proyecto que permite la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana décimo segunda de gestación. Con siete votos sobre doce, el proyecto pasa a la comisión de Familia y a la de Salud. Se prevé que, si fuera adelante, podría debatirse en el Congreso de los diputados en 2012.

Los medios argentinos informan que, por primera vez en la historia parlamentaria de Argentina, el aborto fue debatido en el Congreso de la Nación. Una cuestión que ha suscitado un hondo debate en la sociedad, justo en 2011, declarado por los obispos Año de la Vida.

Este martes, en la comisión parlamentaria de Legislación Penal se aprobó con dictamen de mayoría el proyecto que despenaliza y legaliza el aborto dentro de las doce semanas de gestación y lo permite más allá de ese tiempo cuando está en riesgo la salud de la madre, en caso de violación o graves malformaciones del feto. Lo sorprendente es que ese aborto se puede realizar en cualquier momento antes del parto. Son muchos los que se preguntan si esto no es un infanticidio.

El proyecto ha sido impulsado por la Campaña Nacional por el Derecho al aborto legal, seguro y gratuito y cuenta con el apoyo de cincuenta diputados. En el estudio en comisión, sólo consiguió siete firmas. Para pasar el pleno de la cámara, el proyecto tendría que conseguir otros dos dictámenes favorables en las comisiones de Salud y de Familia. Y esto debería ocurrir antes de que el 10 de diciembre se renueve la mitad de la Cámara.

La legalización del aborto es apoyada, entre otros, por las diputadas Diana Conti, Vilma Ibarra, Victoria Donda, Claudia Gil Lozano o María Luisa Storani.

Se oponen al proyecto Cynthia Hotton, Elisa Carrió y la misma presidenta de la República Cristina Fernández, entre otros.

En los más acalorado del debate en comisión, se escuchó la primera ovación. Fue para el salteño Alfredo Olmedo: “Este proyecto es una pena de muerte anticipada del niño por nacer, la Argentina se construye con vida no con muerte”.

Después de tres horas de discusión en las que se llegó a poco, los partidarios del proyecto salían afirmando, como único logro, que por primera vez se había tratado el tema en el Congreso.

Por su parte la Iglesia, a través de su portavoz, remitió al documento de la Conferencia Episcopal emitido recientemente que afirma que “una decisión legislativa que favorezca la despenalización del aborto tendría consecuencias jurídicas, culturales y éticas”.

Manifestantes a favor y en contra del proyecto se concentraron en las inmediaciones del Congreso, desde antes de que comenzara el debate.

La diputada que más se ha distinguido en su defensa de la vida, Cynthia Hotton, escribía un artículo en la prensa nacional fijando su posición y desbaratando algunos argumentos a favor de la ley, como el de las muertes de mujeres por abortos.

“Si reflexionamos sobre lo que implica el aborto libre hasta la semana número 12, como lo proponen los proyectos por tratarse en la Cámara baja, se estaría dando lugar a casos totalmente discriminatorios: por género, por malformación o por su origen. Hoy en día, una mujer puede conocer a los tres meses de embarazo si el bebé es Down, si es hombre o si es mujer, por lo que resulta imposible corroborar que el sexo del bebé o alguna malformación no sea la razón de un aborto”, afirma Cynthia Hotton el 1 de noviembre en el diario La Nación.

“Algo que sorprende de los proyectos en debate es que por la excepción de haber sido gestado en un acto violento o por malformación los niños podrían ser abortados hasta el noveno mes. Les pregunto a los médicos, que de esto entienden, ¿no están matando a un bebé?”, afirma Hotton.

La justificación de muertes maternas no parece ser muy convincente, dice la diputada aportando cifras: el Ministerio de Salud informa de que en Argentina hay unas 400 muertes al año, según estadísticas de 2009. De éstas, 82 corresponden a abortos, sin estar discriminados en esta cifra si son abortos naturales, abortos inducidos o por embarazos ectópicos.

Recuerda que uno de los compromisos de Argentina para el milenio es la reducción total de la tasa de muerte materna. “Está demostrado en países de la región que esta tasa se reduce con políticas de contención y que no existe correlación directa con la legalización del aborto”, afirma.</p>

Hotton, que es diputada nacional por el grupo “Valores para mi País”, señala “que no hay interés en resolver el problema que tiene que ver con todas las muertes maternas, para lo cual hemos presentado varios proyectos que apuntan a mejorar el sistema de contención de estas mujeres. Sin embargo, hasta la fecha ninguno de ellos fue tratado”.

La Red Federal de Familias y la Defensoría de la Vida Humana, entre otras organizaciones, denunciaron que los legisladores pretenden despenalizar el aborto en el país, incluso hasta el noveno mes de embarazo, apelando a una artimaña legal que ya se utilizó en 2005 en Brasil.

“Los promotores del aborto arguyen que buscan esta práctica para las primeras doce semanas del embarazo. Sin embargo, uno de los siete proyectos elimina todos los artículos del Código Penal que penalizan el aborto, con lo cual esta práctica antivida podría realizarse durante todo el periodo gestacional, incluso hasta el noveno mes”, afirma la Red en un comunicado.

Los obispos argentinos ya habían manifestado la doctrina eclesial sobre la vida y su “preocupación” por el progreso de los proyectos para legalizar el aborto, al declarar 2011 como Año de la Vida. En una declaración, al término de la 159 Comisión Permanente del Episcopado, de 18 de agosto, afirmn que “hablar de este tema, en el actual contexto nacional, tiene una significación muy concreta”.

“Queremos afirmar con claridad: cuando una mujer está embarazada, no hablamos de una vida sino de dos, la de la madre y la de su hijo o hija en gestación. Ambas deben ser preservadas y respetadas. La biología manifiesta de modo contundente a través del ADN, con la secuenciación del genoma humano, que desde el momento de la concepción existe una nueva vida humana que ha de ser tutelada jurídicamente. El derecho a la vida es el derecho humano fundamental”, subrayan los obispos.

“En nuestro país –añaden- hay un aprecio de la vida como valor inalienable. La vida propia y ajena es para los creyentes un signo de la presencia de Dios, e incluso a quienes no conocen a Dios o no creen en Él, les permite ‘sospechar’ la existencia de una realidad trascendente”.

“Es absolutamente prioritario proteger a las futuras madres, en particular a las que se encuentran en estado de marginalidad social o con dificultades graves en el momento del embarazo. Los varones, que también lo hicieron posible, no deberían desentenderse”.

“Una decisión legislativa que favoreciera la despenalización del aborto tendría consecuencias jurídicas, culturales y éticas. Las leyes van configurando la cultura de los pueblos y una legislación que no protege la vida favorece una cultura de la muerte. La ley, en cuanto base de un ordenamiento jurídico, tiene un sentido pedagógico para la vida de la sociedad”.

Concluyen los obispos invitando “a los fieles laicos y a todos los ciudadanos a reflexionar y expresarse con claridad a favor del derecho a la vida humana”.

La organización Unidos por la Vida ha emprendido una campaña de firmas contra el proyecto a la que se puede adherir en www.unidosporlavida.com.ar.

La firman entre otros la Academia Nacional de Medicina, la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA), la Acción Católica Argentina, la Asociación Bautista
Argentina (ABA), la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), el gran rabino Issac Sacca (sefardí), la Universidad Católica Argentina, la Universidad Austral, entre otras instituciones y personalidades.

También lo hicieron el ex presidente Eduardo Duhalde; el ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich; las senadoras Hilda González, Liliana Negre y Blanca María del Valle Monllau; y los diputados Cynthia Hotton, Silvia Majdalani, Clelia Avila, Eduardo Amadeo, Dante Camaño, Graciela Camaño, Jorge Vanossi, Julián Obiglio, Antonio Morante, Juan Casañas, Gladys Espíndola, Omar De Marchi, Norberto Erro, entre otros legisladores.

Otras organizaciones manifestaron su rechazo a los proyectos para despenalizar o legalizar el aborto, e hicieron un llamamiento a defender la vida, como Red Federal de Familias, Red de Padres, Defensoría de la Vida Humana, Familias del Mundo Unidas para la Paz (FAMPAZ); Para Hacerse Oír-Hablemos Claro, Frente Joven.

El tema fue eludido por gran parte de los políticos en la reciente campaña electoral, en la que fue reelegida la presidenta Fernández.

“Si bien algún candidato se animó a decir que es partidario del aborto sin límites, por lo general estos temas no se ventilan porque pueden determinar una división en la opinión que perjudique las chances electorales”, dijo el arzobispo de La Plata Héctor Aguer una semana antes de los comisicios.

“Es una lástima –añadió- que estos temas no se ventilen en la campaña porque hay que elegir también legisladores y, ¿cómo sabemos a quiénes tenemos que elegir? ¿Cómo sabemos qué piensan sobre estas cuestiones fundamentales?

Las leyes argentinas aceptan el aborto en los supuestos de violación probada, peligro para la vida o incapacidad mental, pero estos casos deben dirimirse en los tribunales.

Por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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