Iraq: Ankawa, donde el cristianismo florece

Gran aumento de los cristianos en el norte de Iraq relativamente seguro

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ROMA, viernes 7 de octubre de 2011 (ZENIT.org).- Hay un lugar de Iraq donde los cristianos se han triplicado los últimos quince años, según un obispo que tiene que hacer frente a una gran afluencia de personas que huyen de la persecución y de la opresión.

Los cristianos de Ankawa, un suburbio de la capital kurda Erbil, pasó de 8.500 en la mitad de los años ’90 a los más de 25.500 actuales. De estos, 1.500 llegaron en el curso del último año.

Muchos de ellos huyeron después del ataque del 31 de octubre de 2010 a la catedral siro-católica de Baghdad, en la que 58 personas fueron asesinadas y más de 70 resultaron heridas, en un ataque durante la misa del domingo por la noche.

Los cristianos que llegan a Ankawa no llegan sólo de la capital iraquí, sino de todo el país: Mosul al norte, Kirkuk al nordeste y finalmente Basra, al extremo sur, a centenares de km de distancia.

El arzobispo Bashar Warda de Erbil comentó a la asociación caritativa internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) el gran desafío de ayudar a los que llegan a Ankawa.

“Muchos cristianos llegan a Ankawa muy pobres. Necesitan trabajo, asistencia sanitaria y alojamiento”, afirmó, indicando que se sienten muy atraídos por la relativa seguridad del norte kurdo y llegan a Ankawa por los muchos cristianos que viven allí.

“La gente pide mucho a la Iglesia”, añadió. “Estamos haciéndolo lo mejor posible para ayudarlos. Son nuestro pueblo amado y ayudarlo es nuestra misión, pero a veces la presión es muy fuerte”.

Muchos cristianos que llegan a Ankawa, reveló el arzobispo, la ven como una etapa en vista de una eventual emigración hacia Turquía, Líbano o Jordania.

En los últimos diez años, los cristianos en Iraq han disminuido drásticamente, pasando de 800.000 a 150.000. Muchos han huido después de una serie de homicidios, raptos, violencias físicas o verbales, ataques a negocios y a casas de cristianos.

Monseñor Warda destacó también que la Iglesia quiere animar a los cristianos a permanecer en Iraq.

“Es el deseo de todos que la gente se quede en nuestro país”, comentó. “Todos nuestros esfuerzos y nuestras estrategias están dirigidas a reducir el fenómeno de la emigración”.

Describiendo a los fieles como “muy firmes en la fe”, el prelado recordó la exigencia pastoral de hacer frente a una situación que ve poquísimas iglesias y una gran carencia de sacerdotes y catequistas.

“En este momento tenemos sólo tres iglesias en la zona de Ankawa”, indicó. “A veces las iglesias están tan llenas que la gente se ve obligada a quedarse fuera”.

Por esta razón, el arzobispo quiere una nueva iglesia en Ankawa, ciudad en la que Ayuda a la Iglesia Necesitada ha ayudado a evacuar a los seminaristas que estudiaban en el distrito de Dora en Baghdad, castigado por los homicidios y raptos de cristianos sucedidos entre el 2004 y el 2007. En Ankawa los seminaristas han vivido durante un cierto periodo en alojamientos metálicos.

AIN ha asegurado también el apoyo por lo sacerdotes, material educativo y recursos alimentarios para las familias cristianas, provistas por las religiosas que viajan de pueblo en pueblo.

“Los benefactores nos recuerdan que no hemos sido olvidado”, dijo el arzobispo alabando a la asociación caritativa al participar como huésped especial en el lanzamiento en Gran Bretaña e Irlanda de la edición 2011 de la publicación “¿Perseguidos y Olvidados?” de AIN sobre los cristianos oprimidos.

“Merecen un gran gracias por su espléndida actuación, pensando, orando y actuando en nuestro apoyo con gran premura”.

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ZENIT Staff

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