LAHORE, 23 septiembre 2001 (ZENIT.org).- Este domingo la Iglesia católica en Pakistán celebró una Jornada nacional de oración, tras los atentados terroristas contra Estados Unidos del pasado 11 de septiembre.
La iniciativa ha tenido lugar, como informa la agencia misionera Fides, en unos momentos en los que los cristianos se sienten abandonados e indefensos.
La decisión del general Pervez Musharraf, presidente paquistaní, de apoyar a los Estados Unidos ha desencadenado las protestas de los fundamentalistas islámicos y las minorías cristianas corren peligro de convertirse en el blanco de la venganza de grupos integristas, como ya ha sucedido otras veces en el pasado.
El arzobispo de Lahore, monseñor Lawrence Saldanha, pidió a los párrocos que hablen en las iglesias de la situación por la que atraviesa la comunidad cristiana en sus respectivas áreas y que subrayen la gravedad de la situación internacional.
En Pakistán, con 144 millones de habitantes, el 97% de la población es musulmana. El 3% de las minorías religiosas son sobre todo cristianos e hindúes. Estas comunidades están esparcidas por todo el país y no cuentan con ningún tipo de medios para protegerse.
John Nasir, cristiano de Lahore, confiesa a Fides: «Estamos preocupados por lo que podría suceder si USA atacara a Afganistán. Los fanáticos de Pakistán quieren provocar un conflicto entre islámicos y cristianos en Pakistán».
En 1991, durante la guerra del Golfoa Irak, los extremistas saquearon un convento en Rawalpindi. En 1992, después de la destrucción de la mezquita de Babri (India), los extremistas islámicos destruyeron iglesias y templos hindúes en Karachi. En 1998, la aldea cristiana de Shantinagar (en el norte de Punjab) fue arrasada sin motivo alguno. En el año 2000, los integristas incendiaron un templo hindú y algunas casas de Dalbandi, cerca de Quetta, capital de la provincia de Balukistán, acusando a los miembros de la comunidad local de haber ultrajado el Corán.