México: El aborto y la eutanasia, una manera de desviar la atención de los pobres

CELAYA, jueves, 28 junio 2007 (ZENIT.orgEl Observador).- El obispo de la diócesis de Celaya, monseñor Lázaro Pérez Jiménez, ha escrito un documento para responder al tema de la eutanasia, propuesto hace unas semanas por la Asamblea de Representantes del Distrito Federal.

Share this Entry

A través del documento, el prelado recuerda que quienes están introduciendo la posibilidad de la eutanasia son los mismos autores que en el pasado mes de abril aprobaron la despenalización del aborto en el territorio que ocupa la capital federal de México

«Al pretender introducir ahora la nueva ley de la eutanasia, es decir, la muerte asistida de forma directa, los legisladores están demostrando que no están dispuestos a enfrentar los reales problemas de la población, aquellos que esperan una solución integral que permita a los más pobres y marginados llevar una vida digna», anota monseñor Pérez Jiménez en su comunicado.

A continuación, el purpurado hace un recuento de los retos de inseguridad y carencia de servicios elementales que enfrenta el Distrito Federal; «problemas apremiantes que, de no ser resueltos, podrían a futuro provocar inestabilidad y violencia».

«Al constatar –subraya monseñor Pérez Jiménez– que las decisiones sobre el aborto y la eutanasia son importadas de culturas ajenas a la nuestra, uno se pregunta en dónde quedaron los pobres a quienes se les prometió que serían privilegiados. Con el aborto y la eutanasia no salen ganando ni alcanzan mejoría económica alguna. Siguen igual o peor que antes».

Tras señalar que no es intención suya ni de los obispos «entrarle al juego de la política y de los partidos políticos»; insiste en que «callar en estos casos es incumplir la misión que se me ha confiado por pura gracia».

Tomando en consideración que para los católicos el Catecismo de la Iglesia es fundamental para conocer los principios doctrinales que guían la conducta cristiana, el obispo de Celaya cita los textos acerca de la eutanasia que en el Catecismo la hacen moralmente inaceptable.

Y concluye diciendo que «un católico, si de verdad quiere actuar de acuerdo a su fe, nunca podrá estar a favor de la eutanasia ni emitir su voto a fin de que sea legalizada en nuestro país. El católico tendrá su opción en todo momento a favor de la cultura de la vida».

Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación

@media only screen and (max-width: 600px) { .printfriendly { display: none !important; } }