CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 24 julio 2005 (ZENIT.org).- El turismo tiene que ser social, sostenible y solidario, según afirma el arzobispo Agostino Marchetto, en la edición italiana del diario de la Santa Sede este, domingo 24 de julio.
«Que la oferta turística no se oriente sólo hacia los que tienen mayores recursos económicos», sugiere el secretario del Consejo Pontificio para la Pastoral de lso Inmigrantes e Itinerantes desde «L’Osservatore Romano».
El prelado en su escrito comenta el mensaje anual para la Jornada Mundial del Turismo, que se celebrará el 27 de septiembre, enviado en la semana pasada en nombre de Benedicto XVI por el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado vaticano.
Este llamamiento a un turismo «popular y económicamente sostenible» proviene de la opción de la Iglesia por la caridad, aclara monseñor Marchetto.
«Se tiene que conseguir que un número cada vez mayor de personas, también en los países pobres, tengan acceso al uso de los medios de transporte para gozar de un poco de tiempo de descanso, como dijo el Santo Padre en su vacaciones en el Valle de Aosta», escribe el arzobispo.
La idea del arzobispo es que los cristianos se comprometan con un turismo «no sólo para todos, en cuanto social», sino «de todos, en cuanto sostenible», y «con todos, porque es solidario y accesible».
Este turismo con óptica cristiana «tendrá que contener elementos válidos de desarrollo integral para que llegue a ser turismo del desarrollo», apunta.
«Sabemos que existe el riesgo de un turismo con consecuencias muy negativas, tanto para la naturaleza como para los pueblos y las personas», advierte.
«Por esta razón –concluye–, cuando proponemos un turismo social, queremos mirar en primer lugar al bien común tanto de los que acogen los turistas como de los mismos turistas, y así se va realizando el sueño de un turismo sin fronteras que podría contribuir a crear un futuro mejor para la humanidad».