CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 18 julio 2005 (ZENIT.org).- En Irak el terrorismo busca derramar sangre fraterna para dividir al país, constata en portada este martes el diario de la Santa Sede al informar sobre el atentado que provocó este sábado 98 muertos y 152 heridos.
«Sangre fraterna baña dramáticamente el territorio iraquí; sangre fraterna es derramada con violencia que rompe los vínculos y lazos fundamentales, hasta violar el carácter sagrado de los lugares de culto», explica la edición diaria en italiano de «L’Osservatore Romano».
El atentado se produjo en una gasolinera situada frente a la mezquita chií de Ahaly al Musayeb, en medio de la plaza principal de la localidad, a 60 kilómetros al sur de Bagdad.
De este modo, añade el periódico, «se ha manfestado trágicamente la furia homicida de Abu Musab Al Zarqawi, que trata de hacer más profundo el surco que separa a chiíes de suníes».
«Es una furia homicida que se abate en el camino de Irak hacia la democracia: un camino que cada vez está más manchado de sangre, de luto y dolor», deplora el diario vaticano.
«Cada vez está más lleno de lágrimas el rostro de una nación que, tras años de despiadada violencia y a través de una guerra sin nombre, busca con dificultad un presente y un futuro de serenidad y de paz», concluye.