KARACHI, lunes, 4 julio 2005 (ZENIT.org).- La archidiócesis de Karachi ha condenado las falsas acusaciones en prensa nacional levantadas contra la librería de las Hijas de San Pablo y la incursión y registro de la policía en el local el mes pasado.
Saddar -cerca de Karachi- fue el escenario el pasado 13 de junio del registro policial en la librería de las religiosas católicas y confiscación de material en venta.
Durante más de 24 horas los agentes retuvieron a un empleado del establecimiento para interrogarle, mientras que las religiosas fueron intimidadas, informa «AsiaNews.it».
El detonante de esta acción fue un artículo publicado en un diario nacional en urdu con acusaciones de algunos extremistas islámicos.
El «Nawa-I-Waqt» denunciaba el 12 de junio la -presunta- venta por parte de cristianos de material de audio y video sobre la vida de los profetas en mercados públicos. El artículo afirmaba que en algunos CD se caricaturizaba la muerte de los profetas.
La publicación ofrecía también los comentarios a la noticia de religiosos musulmanes, que no sólo emitieron una «fatwa» (edicto religioso), sino que pidieron la apertura de un proceso de blasfemia.
El periodista responsable del escrito insertó además conclusiones erróneas e interpretaciones sobre la figura de San Pablo y sobre las películas vendidas, todos productos –en su opinión- de una empresa judía. Subrayaba que San Pablo era un judío devoto dedicado a la persecución de Cristo y de los cristianos.
El arzobispo de Karachi, monseñor Evarist Pinto, calificó la cuestión como «grave» y declaró -a la agencia del PIME- que será discutida con el ministerio del Interior.
De acuerdo con el padre Arthur Charles, de la archidiócesis, ya el 12 de junio a las 2 de la madrugada la policía intentó entrar en el convento de las Hijas de San Pablo, pero el guardia de seguridad les detuvo y no les permitió el acceso a esas horas de la noche.
«Al día siguiente –recuerda- la policía entró en la librería, se encerró allí con algunos clientes y religiosas y comenzó a registrar el local en busca de CD y vídeos».
La archidiócesis de Karachi ha difundido un comunicado en el que condena la incursión policial y las falsas acusaciones vertidas contra la librería de las religiosas paulinas: «La publicación en el mes de junio de noticias infundadas en un pequeño diario en lengua urdu ha herido profundamente los sentimientos de los cristianos pakistaníes y perjudica la causa de diálogo y solidaridad entre cristianos y musulmanes en el país» .
Advierte el comunicado que el mencionado artículo contiene distorsiones de la realidad «realizadas para arrojar mala luz sobre los cristianos», y que no es cierto que las películas en venta en la librería paulina estén producidas por una firma judía ni que se quiera proyectarlas en todo el país.
La mayor parte de los vídeos que venden las religiosas están disponibles en todo Pakistán desde hace décadas y se basan en la Biblia; se orientan sólo a reforzar la fe de la comunidad cristiana local, aclara el comunicado.
Añade que San Pablo es una figura clave en la evangelización cristiana y que sus posturas anticristianas se refieren al período anterior a su conversión. «Entre los que se hacían cristianos -observa- muchos eran judíos y habían estado contra Jesús».
Pide la archidiócesis pakistaní a los medios de comunicación que controlen y verifiquen los hechos antes de publicar cualquier noticia sobre la Iglesia, congregaciones religiosas y laicos.
El comunicado invita también a los religiosos musulmanes a encontrarse con la parte cristiana para discutir el asunto.
El 75% de los 155 millones de habitantes de Pakistán son musulmanes suníes; el 20% son chiíes. Los cristianos representan el 2,5%; de ellos alrededor de 1,2 millones son católicos.