GRANADA, 7 julio 2003 (ZENIT.org-VERITAS).- El arzobispo de Toledo, monseñor Antonio Cañizares, disertó sobre el tema «Los derechos humanos en el pensamiento y la acción de Juan Pablo II» durante su nombramiento como académico de honor de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de Granada.
La conferencia a cargo del Primado de España fue pronunciada coincidiendo con el acto de clausura del curso 2002-2003 de la citada Academia, que se celebró el pasado jueves.
En el transcurso de su lección magistral, monseñor Cañizares ahondó en Juan Pablo II y su pasión por el hombre, refrendando que «lo más profundamente humano es la búsqueda de la verdad, la insaciable necesidad del bien, subrayando la dignidad de la persona humana».
«Ciertamente, el conjunto de los derechos del hombre, corresponde a la sustancia de la dignidad del ser humano, entendido integralmente y no reducido a una sola dimensión. Desde luego, los derechos humanos obtienen su fuerza y su efectividad de un sistema de valores cuyas raíces se hunden en las profundidades de la herencia cristiana, que tanto ha contribuido a la cultura europea».
En este sentido, el nuevo académico, calificó al Santo Padre como «un evangelizador, peregrino de los derechos del hombre».
El efectivo reconocimiento de la dignidad personal de todo ser humano exige el respeto, cuestión que subrayó el arzobispo de Toledo. Se trata de los derechos naturales, universales e inviolables: «Nadie, ni la persona singular, ni el grupo, ni la autoridad, ni el Estado, pueden modificarlos y mucho menos eliminarlos, porque tales derechos provienen de Dios mismo».
De ahí que el hombre esté llamando a una plenitud de vida que va más allá de las dimensiones de su existencia terrena. Por consiguiente, el derecho a la vida, es el derecho fundamental. Monseñor Cañizares Llovera apostó por esa cultura de la vida, diciendo que «la sociedad de la cultura ha dejado de creer en la verdad», según informa Víctor Corcova, colaborador de la Delegación de Medios de la Diócesis de Granada.