ROMA, domingo, 27 junio 2004 (ZENIT.org).- El profesor Michael Ryan, decano de la Facultad de Filosofía del Ateneo Pontifico Regina Apostolorum constató en el simposio europeo de profesores universitarios sobre la familia que «no hay matrimonios perfectos en los que nunca surgen problemas» por lo que presentó la comunicación en el matrimonio y en la familia como un «arte» decisivo.
El sacerdote y profesor ilustró los elementos que merman la comunicación: el primero, «no darse cuenta de que hay un problema», y el segundo, «la culpabilización».
Su ponencia llevaba el título de «La comunicación en el matrimonio: ¿magia, casualidad, suerte o arte?».
En su diagnóstico de los problemas de comunicación en el matrimonio, subrayó que hay una diferencia entre dolor y herida: «Hay cosas que nos causan dolor, fastidio y rabia, pero no llevan a una ruptura seria».
En cambio, se refirió a las «heridas» como reacciones más «peligrosas porque nos encierran y nos alejan de los demás».
Michael Ryan presentó esta estrategia para gestionar el conflicto en pareja:
–Solicitar más información, intentar que el otro explique claramente qué sucede.
–Reconocer la parte de culpa aún si no había intención de dañar a nadie («no es lo mismo ser culpable que ser responsable», insistió)
–Asegurar al otro que le amamos: demostrar al cónyuge que la última cosa que se quiere es herirle.
–Comprometerse a evitar todo aquello que ocasiona dolor.
El padre Ryan aseguró que «con una vida más feliz, los cónyuges pueden dedicarse más a la gran misión que les corresponde como esposos».
Este profesor legionario de Cristo hizo su propuesta en el espacio «Familia y Comunicación», uno de los siete ámbitos en los que estaba dividido el Simposio «Familia en Europa» en el que han participado cuatrocientos profesores universitarios europeos.
Michael Ryan ha trabajado como consultor matrimonial en el centro «Alfa y Omega» en la Ciudad de México y es asesor espiritual del proyecto «Crecer en familia» en Roma.
