Diez millones de pobres: efecto inmediato de los atentados a EE.UU.

Informe del Banco Mundial sobre las «víctimas ocultas» de la tragedia

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ROMA, 3 octubre 2001 (ZENIT.org).- Una cifra estimada de entre 20 y 40.000 niños más morirán en todo el mundo y otros diez millones de personas pasarán a engrosar la cifra del los pobres del mundo como consecuencia inmediata de
los atentados terroristas del 11 de septiembre, según un estudio del Banco Mundial (BM) publicado este lunes.

Este organismo internacional prevé que estos serán los principales efectos de la disminución del crecimiento económico en 2002, producida directamente por la tragedia.

Son las «víctimas ocultas» de los atentados, según el presidente de la organización financiera internacional, James Wolfensohn. La disminución del crecimiento económico, ha explicado el presidente del BM en una declaración escrita, afectará sobre todo a los países en vías de desarrollo de dos maneras.

Entre los países más pobres, el crecimiento se detendrá o retrocederá, debido a la disminución de las exportaciones, del turismo, de los precios de las materias primas y de las inversiones del exterior. En la lista de los más golpeados se encuentran países del Caribe, México, Costa Rica y Brasil.

Por tanto, aumentará el número de personas que tienen que vivir con menos de un dólar al día. En los países en los que el crecimiento siga siendo positivo, aunque más lento, habrá menos personas que puedan salir de su situación de pobreza.

El pronóstico del Banco Mundial fue emitido cinco días después de que el Fondo Monetario Internacional afirmara que los atentados afectarían a los países en desarrollo llevándolos a la recesión, o cerca de ella, en los próximos 15 meses.

El Banco Mundial ha hecho un llamamiento a los gobiernos, sobre todo los de los países desarrollados, para que pongan en marcha algunas medidas que eviten el ulterior empeoramiento de la situación.

En primer lugar, propone aumentar las ayudas al desarrollo, respetando los compromisos asumidos, como destinar a este fin el 0,7% del PIB (actualmente la media es del 0,22%).

En segundo lugar, sugiere reducir las barreras aduaneras. En este sentido, son importantes las medidas que aprobará la próxima cumbre de la Organización Mundial del Comercio.

Por último, el Banco Mundial pide a los países industrializados una mayor coordinación de sus políticas económicas y, a los países en vías de desarrollo, que aceleren las necesarias reformas que faciliten las inversiones nacionales y extranjeras.

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ZENIT Staff

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