El cardenal Ruini pide una «cultura de acogida» a los inmigrantes

Interviene ante la asamblea permanente de los obispos italianos

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ROMA, 23 enero 2001 (ZENIT.org).- El presidente de la Conferencia Episcopal Italiana ha sido claro: En materia de inmigración, la «cultura de la acogida» no debe traducirse en «vetos injustos» respecto a la identidad cultural.

Se puede sintetizar de esta manera la posición del cardenal Camillo Ruini, quien es, además, obispo vicario de Roma, en relación al desafío de la inmigración, legal y clandestina, que debe afrontar diariamente este país situado a las puertas de la Europa del Este, Asia y Africa.

Lo afirmó ayer en el discurso de apertura de la comisión permanente de los obispos italianos que tiene lugar en Roma hasta el próximo día 25 de enero. El cardenal ha tomado como punto de referencia el mensaje del Papa para la Jornada Mundial de la Paz en el que Juan Pablo II, dice Ruini, «ha reafirmado tanto el valor y la función de las diversas identidades culturales y nacionales así como la unidad y la continuidad de la familia humana», llamada a «componer la unidad en la diversidad» recorriendo el camino «del respeto recíproco y del diálogo entre culturas, que no deben concebirse ni como autosuficientes y antagonistas, ni ceder a una arriesgada homologación».

El presidente de los obispos italianos recordó que la Iglesia invita a desarrollar «una cultura de la acogida, que no ceda sin embargo a la indiferencia en materia de valores y que no descuide el equilibrio de la «fisonomía cultural» de un determinado territorio».

Pero la «condición previa para que tal fisonomía pueda permanecer –ha precisado el cardenal Ruini– es la vitalidad intrínseca de esa cultura y no el veto injusto a los demás para que propongan las propias instancias culturales, siempre que no sean antítesis de los valores éticos universales».

El purpurado afronta de este modo un debate que había colocado sobre el tapete el mes de septiembre pasado el arzobispo de Bolonia, el cardenal Giacomo Biffi (Cf. El cardenal Biffi propone favorecer la inmigración católica).

Las palabras del cardenal querían ser una llamada de atención a la necesidad de no descuidar la integración cultural de estas personas pero han sido leídas de otra manera.

«Hace algún tiempo –dijo el cardenal Biffi– hablando con un ministro le he hecho notar que un Estado en verdad laico, que quisiera ahorrar al pueblo italiano tantos sufrimientos, encontraría conveniente gestionar la inmigración en modo de privilegiar a los católicos (latinoamericanos, filipinos, eritreos). En este caso, añadí, los obispos tomarían posición contra el Gobierno pidiendo una mayor apertura. Pero vosotros laicamente, deberíais ignorar nuestras protestas y mirar al verdadero bien de Italia».

El cardenal quiso dar a entender con estas palabras que culturalmente es más fácil la integración en Italia de personas que proceden de países culturalmente católicos que los que vienen de países islámicos.

El purpurado habló de favorecer un cierto tipo de origen de los inmigrantes, no de discriminar a inmigrantes en razón de su cultura o religión.

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ZENIT Staff

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