ROMA, 26 febrero 2002 (ZENIT.org).- Se temía que fueran las «Olimpiadas de los atentados». Los XIX Juegos Invernales de Salt Lake City se recordarán, sin embargo, por los escándalos de dopaje de varios atletas.
Monseñor Carlo Mazza, guía espiritual del equipo olímpico italiano en Salt Lake City ha afrontado la cuestión en declaraciones a los micrófonos de Radio Vaticano
«Haría falta hacer un análisis –explica el sacerdote–.. El deporte de altísimo nivel de competición atraviesa la era de la comercialización y de la industrialización. Por tanto corremos el riesgo de dar juicios moralistas sin comprender bien hacia dónde se va».
La auténtica cuestión, según Mazza, es: «¿cómo es posible que en esta condición podamos introducir los valores «auténticos»?».
«Este me parece que es el gran desafío –confiesa–: introducir valores verdaderos en este mundo del deporte. Personalmente no estoy particularmente escandalizado [por los escándalos de dopaje] porque es una condición que es propia de un cierto tipo de deporte que vive del espectáculo, del dinero, de estas leyes del mercado».
«Se trata de comprender bien si este deporte está concebido «para» el hombre o «contra» el hombre: este es el gran problema», asegura.
«Creo que los responsables a nivel mundial, internacional y también nacional, están trabajando en esta línea; pero los resultados se alcanzarán con gran paciencia con tiempo», concluye.