El Papa ora por un mayor compromiso laical en la vida pública en los países de misión

En sus intenciones para el mes de febrero

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CIUDAD DEL VATICANO, martes, 31 enero 2006 (ZENIT.org).- La oración del Papa para el próximo mes refleja la urgencia de la evangelización en los países de misión y el papel esencial de los laicos en esta tarea, también con su implicación en la vida pública.

En efecto, Benedicto XVI rezará en especial en febrero «para que, en las misiones, los laicos capten la necesidad de servir a su país con mayor dedicación también en la vida política y social».

Así lo anuncia la intención misionera del Apostolado de la Oración que el Santo Padre asume como propia para ofrecer sus oraciones y sacrificios junto a miles de laicos, religiosos, religiosas, sacerdotes y obispos del mundo entero.

«Más de dos tercios de los 6 mil millones de personas que forman la población mundial» «viven sin haber conocido o reconocido a Jesucristo», recuerda el arzobispo de Seúl (Corea del Sur), monseñor Nicholas Cheong Jin-Suk, en un comentario de la intención difundido por la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos.

Para el prelado, esta realidad marca un doble desafío a la Iglesia en los territorios de misión: no sólo el anuncio directo del Evangelio, sino otra «forma peculiar de evangelización» (Cf. «Evangelio Nuntiandi», 70) que es la transformación del orden «de las cosas temporales a través de los valores del Evangelio», una acción que a su vez «abre el camino al desarrollo integral humano y al primer anuncio del Evangelio».

«En los territorios de misión esta actividad evangelizadora es aun más urgente –advierte–. La vida humana en estos lugares ha estado cada vez más amenazada por una humillante pobreza, una trágica mala administración de los pocos recursos disponibles, una inestabilidad política y la desorientación social».

«¿Cómo se puede proclamar el nuevo mandamiento del amor en esos territorios ilimitados sin promover, en la justicia y en la paz, el auténtico progreso del hombre?», interroga.

«Es inútil decir que los laicos deberían revestir un papel esencial e insustituible en la actividad evangelizadora –recuerda monseñor Nicholas Cheong Jin-Suk–. En un mundo controlado por naciones ricas y potentes, como ocurre en nuestros días, los fieles laicos de estas naciones deberían participar también en la actividad de evangelización».

«Es en este campo al que son llamados por Dios los fieles laicos para vivir el Evangelio y santificarse en el servicio a la persona humana y a la sociedad, en comunión con todo el Pueblo de Dios –explica–. De este modo, sus obras temporales dan claramente testimonio de Cristo y promueven la salvación del hombre y de la mujer, haciendo así un servicio fundamental a su nación».

«Despertar» y formar a los laicos en países de misión

Lamenta el arzobispo coreano que «parece que la animación cristiana de las realidades temporales no haya sido un empeño primario para los fieles laicos en buena parte de las tierras de misión».

Considera que se trata de «un nuevo tipo de huida del mundo» por parte de los laicos.

«La mayoría tienden a huir de la vocación en el mundo y de la vida socio-política y cultural, por miedo a contaminarse por la corrupción de los asuntos del mundo, mientras que la mayor parte de los que participan en la misma apenas recuerdan su identidad cristiana», constata.

«Se ha verificado un crecimiento notable en el compromiso de los laicos católicos en la misión dentro de la Iglesia» –reconoce el prelado surcoreano–, pero es «menos notable su compromiso en la misión fuera de la Iglesia».

Y es que –puntualiza– «tienden a pensar que su falta de asunción de responsabilidades en el mundo puede estar justificada con su labor en la vida interior de la Iglesia».

De ahí la necesidad de «despertar a un laicado que durante mucho tiempo ha estado como dormido –exhorta– y formarlo adecuadamente “como evangelizadores capaces de afrontar los desafíos del mundo contemporáneo, no sólo con la sabiduría y la eficiencia del mundo, sino también con un corazón renovado y fortalecido por la verdad de Cristo” («Ecclesia in Asia», 45)»

En este sentido, indica en la Doctrina Social de la Iglesia un instrumento de formación esencial al que hay que prestar «gran atención», «no sólo para poner en guardia a los fieles comprometidos en el ámbito socio-político respecto a sus tareas, sino también para darles orientaciones concretas para una acción que tienda a renovar el orden temporal».

El Papa también reza todos los meses por una intención general, que en el mes de febrero dice así: «Para que la Comunidad Internacional sea cada vez más consciente del deber urgente de poner fin al tráfico de seres humanos».

En una Carta Pontificia fechada el 31 de diciembre de 2005, Benedicto XVI ya ha establecido también todas las intenciones generales y misioneras del Apostolado de la Oración para el año 2007. Han sido publicadas en italiano por la Sala de Prensa de la Santa Sede.

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ZENIT Staff

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