CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 20 junio 2007 (ZENIT.org).- La esperanza en el Señor y en su Madre, la Virgen María, es el testamento que ha dejado el cardenal Angelo Felici, constató Benedicto XVI este martes al presidir su funeral.
La homilía de la celebración eucarística, presidida en la Basílica de San Pedro del Vaticano, le ofreció al Papa la posibilidad de recordar a este purpurado fallecido el domingo 17 de junio a los 87 años, prefecto emérito de la Congregación para las Causas de los Santos y presidente emérito de la Pontificia Comisión «Ecclesia Dei».
El Papa reveló que entre los papeles que conservaba el cardenal Felici había una estampa de la Virgen Madre del Salvador, venerada en la Capilla del Pontificio Colegio Leoniano, en el que estudió de joven.
Detrás de la imagen se puede leer esta invocación: «En ti he esperado, Señor, y en tu santísima Madre; no sea confundido para siempre».
«¡Cuántas veces habrá repetido las palabras de esta oración, escrita de su puño y letra en previsión de su muerte!», reconoció el Papa.
«Podemos considerarla como el testamento espiritual que nos deja: palabras que, mejor que cualquier otra consideración, hoy nos ayudan a reflexionar y a rezar».
El Colegio cardenalicio se compone ahora de 183 purpurado, de los cuales 105 son electores y 78 no electores (han cumplido ochenta años).
