El portavoz vaticano denuncia el martirio de los cristianos en Irak

Son «vulnerables por excelencia»

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 24 junio 2007 (ZENIT.org).- El portavoz de la Santa Sede ha denunciado el martirio de los cristianos en Irak y ha asegurado la cercanía de Benedicto XVI.

El padre Federico Lombardi S.I. lo ha explicado en el último editorial de «Octava Dies», semanario producido por el Centro Televisivo Vaticano del que es director, transmitido por canales de televisión de todo el mundo.

«La Iglesia acompaña con afecto y admiración a todos sus hijos e hijas y les apoya en esta hora de auténtico martirio por el nombre de Cristo», dijo el Papa el 21 de junio.

«Con estas fuertes intensas y fuertes palabras, Benedicto XVI ha respondido al grito de ayuda que siguen lanzando las comunidades cristianas de Oriente Medio, devastado por la guerra, en particular de Irak, donde los asesinatos y secuestros de sacerdotes y de sus colaboradores se han convertido en las últimas semanas en la manifestación terrible de una situación de sufrimiento que dura ya desde hace mucho tiempo», explica el director de la Oficina de Prensa del Vaticano.

«El Papa pronunció estas palabras al dirigirse a la Reunión de las Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales, pero en ese mismo día utilizó un tono parecido al encontrarse con el patriarca de la Iglesia Asiria, Mar Dinkha IV, con quien habló de los cristianos, incluidos los no católicos, que sufren “trágicamente, de manera material y espiritual” porque “las familias y las comunidades cristianas sienten cada vez más la presión de la inseguridad, de la agresión y la sensación de quedar abandonados”».

Ha corroborado estas palabras, explica el editorial, el obispo iraquí de Kirkuk, monseñor Luis Sako, quien en una carta confirma que «la vida de los cristianos en Irak se hace cada vez más difícil, pues el gobierno actual no logra garantizar la seguridad ni aplicar la ley».

Sako sigue explicando que los cristianos que no tienen milicias propias para defenderse son «vulnerables por excelencia».

«No sorprende, por tanto –reconoce el padre Lombardi–, que muchos cristianos traten de emigrar al extranjero. De este modo la presencia de comunidades cristianas antiquísimas corre el riesgo de desparecer paulatinamente».

El padre Lombardi concluye exhortando: «No podemos olvidar el martirio de estos hermanos nuestros, indefensos en medio de la violencia».

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ZENIT Staff

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