Experto vaticano explica el marco de la visita del Patriarca ortodoxo Bartolomé I al Papa

Declaraciones del padre Dimitri Salakas

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CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 28 junio 2004 (ZENIT.org).- La llegada este lunes del Patriarca (ortodoxo) ecuménico de Constantinopla Bartolomé I a Roma es un testimonio de «los particulares vínculos entre las dos Iglesias de la antigua y de la nueva Roma», explica un experto vaticano de las relaciones entre ortodoxos y católicos, el padre Dimitri Salakas.

Es tradición consolidada este intercambio de delegaciones por la fiesta de San Andrés en Constantinopla –30 de noviembre– y por la de los Santos Pedro y Pablo en Roma –29 de junio–.

Por eso el martes, fiesta de los patronos de Roma, estará presente en la Santa Misa que presidirá Juan Pablo II una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, en esta ocasión encabezada personalmente por Bartolomé I, «primus inter pares» de la ortodoxia

El gesto tiene su origen «después del Concilio Vaticano II y la revocación de las respectivas excomuniones de 1054», cuando «la Iglesia de Roma y la Iglesia de Constantinopla inauguraron un nuevo camino hacia la unidad» con este intercambio de visitas con delegaciones oficiales, explicó en «Radio Vaticana» el padre Salakas, consultor del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y de otros dicasterios.

«Se ha convertido ya en una tradición, una sagrada costumbre, este intercambio fraterno de visitas y de participación –subrayó–, que testimonia los particulares vínculos entre las dos Iglesias de la antigua y de la nueva Roma, según el lenguaje de los primeros Concilios Ecuménicos».

«Además estas visitas permiten conversaciones con los respectivos órganos de la Santa Sede y del Patriarcado ecuménico sobre el estado de las relaciones eclesiales, sobre problemas y dificultades que entretanto surgen, el proseguimiento del diálogo teológico, y sobre compromisos y perspectivas ecuménicas abiertas», reconoció el padre Salakas.

Y es que, aunque las Iglesias ortodoxas son las más cercanas a la Iglesia católica, existen problemas teológicos y diferencias. «El Santo Padre ha señalado uno principal en la carta encíclica “Ut unum sint”, esto es, el ministerio del obispo de Roma», por lo que «ha pedido a los teólogos de las distintas Iglesias buscar juntos las formas en las que este ministerio pueda realizar un servicio de amor, reconocido por los unos y los otros», aclaró.

«Otro problema que se hace cada vez más grave –prosiguió— es el modo en que las Iglesias ortodoxas ven la existencia de las Iglesias católicas orientales, exigiendo sencillamente su supresión», una dificultad «que se ha agravado aún más en estos meses a causa de la petición de la Iglesia greco-católica ucraniana de ser elevada a rango de Iglesia patriarcal».

«Obviamente –puntualizó el padre Salakas– la petición ortodoxa de supresión de las Iglesias orientales, en plena comunión con la sede apostólica, es inaceptable por parte de la Iglesia católica por razones doctrinales».

«No veo por el momento cómo puede resolverse el problema –reconoció–, especialmente tras la carta que Su Santidad el Patriarca Bartolomé I escribió el pasado noviembre al Santo Padre, publicada en Internet (Cf. Zenit, 4 de febrero de 2004). El problema, en cualquier caso, ya ha sido discutido en el diálogo teológico oficial entre las dos Iglesias».

¿Qué pueden intercambiar recíprocamente católicos y ortodoxos? «La fe fundamentalmente común de sacramentalidad y eclesialidad», respondió el experto vaticano.

«La Iglesia católica ha modificado esencialmente su normativa canónica y pastoral y su actitud hacia los fieles ortodoxos –recordó el padre Salakas–, por ejemplo, en los matrimonios mixtos, en la comunicación, en los sacramentos de la Eucaristía y de la Penitencia, en la Unción de los Enfermos».

«Pero en cambio hay que observar que las Iglesias ortodoxas permanecen estables en esta materia. Falta aún la legítima reciprocidad deseada por el reciente directorio ecuménico. Las Iglesias ortodoxas y sus teólogos deben clarificar su punto de vista sobre la eclesialidad y la sacramentalidad de la Iglesia católica», destacó.

En el contexto de esta visita, el padre Salakas explicó además que, como «primus inter pares», el Patriarca Bartolomé I no ejerce una potestad en el interior de otras Iglesias ortodoxas, «sino que coordina las iniciativas a nivel pan-ortodoxo», «el compromiso ecuménico pan-ortodoxo y el diálogo oficial de las Iglesias ortodoxas con la Iglesia católica y las otras Iglesias», de forma que el Patriarcado ecuménico «es un punto de referencia, de concertación fraterna de todas las Iglesias ortodoxas».

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ZENIT Staff

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