La amistad evangélica, carisma de la Comunidad de San Egidio; según el Papa

Recibe a obispos de varias confesiones cristianas para celebrar su 34 años

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CIUDAD DEL VATICANO, 8 febrero 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II alentó este viernes la amistad evangélica típica de la Comunidad de San Egidio al recordar junto a obispos, sacerdotes, y líderes cristianos de otras confesiones los 34 años de nacimiento de este movimiento eclesial surgido en Roma.

En la audiencia celebrada en el Vaticano, participaban 300 líderes católicos, ortodoxos, evangélicos…, que tratan de vivir la espiritualidad de la Comunidad de San Egidio, surgida en 1968 por inspiración de un joven que entonces no había cumplido los veinte años y que hoy es uno de los más grandes historiadores de Italia, Andrea Riccardi.

En nombre de los presentes tomó la palabra el sacerdote que acompañó los primeros pasos de aquellos jóvenes que desde entonces se reúnen al anochecer para rezar y que dedican buena parte de su vida a atender a los más necesitados. Hoy es el obispo de Terni, monseñor Vincenzo Paglia.

Los obispos, sacerdotes y pastores cristianos presentes, dijo al Papa el prelado, están unidos por «la amistad con la comunidad de San Egidio. Han entrado en contacto con San Egidio ya sea aquí, en Roma, en la oración de la tarde en la Basílica de Santa María de Trastévere y en el servicio a los pobres, ya sea en las diferentes ciudades del mundo en las que la comunidad está presente».

«Todos experimentamos la belleza y la eficacia tanto personal como pastoral del lazo de amistad y de fraternidad que nace del Evangelio», constató.

Juan Pablo II le respondió constatando que «se podría decir que la amistad caracteriza toda dimensión de la vida de la Comunidad de San Egidio».

«La amistad vivida con sensibilidad evangélica es una manera eficaz de ser cristianos en el mundo: permite cruzar fronteras y saltar distancias, incluso cuando parecen insuperables –explicó el pontífice–. Se trata de un auténtico arte del encuentro, de una atención cuidadosa por el diálogo, de una pasión amorosa por la comunicación del Evangelio».

«Esta amistad se convierte en fuerza de reconciliación; una fuerza verdaderamente necesaria en este tiempo dramáticamente marcado por conflictos y enfrentamientos violentos», continuó el obispo de Roma, en referencia implícita a la obra de pacificación que ejerce San Egidio en el mundo y que alcanzó importantes resultados en Mozambique y Guatemala.

Por último, el pontífice exhortó a la Comunidad de San Egidio y a las personas cercanas a su espiritualidad a «remar mar adentro».

«El siglo que acaba de comenzar espera que el Evangelio sea comunicado fielmente («sine glossa»), como le gustaba decir a san Francisco –concluyó–; espera discípulos que sean testigos coherentes hasta el fondo».

Más información sobre la Comunidad de San Egidio en http://www.santegidio.org.

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ZENIT Staff

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