Las bodas de plata del Pontificio Consejo para la Salud

Entrevista a su secretario, el español José Luis Redrado

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CIUDAD DEL VATICANO, jueves 11 de febrero de 2010 (ZENIT.org).- Hace 25 años en un día como hoy el papa Juan Pablo II firmó el Motu proprio Dolentium Hominum en el que se instituía formalmente la Pontificia Comisión para la Pastoral de los agentes sanitarios, conocido hoy como el Pontificio Consejo para la salud.

El 19 de enero de 1986 este dicasterio comenzó de forma oficial su trabajo con el personal en pleno: presidente, secretario, subsecretario así como oficiales y consultores que arduamente trabajaron para dar forma a la pastoral de la salud en el mundo, coordinada desde la Santa Sede.

Hoy este dicasterio busca estimular y promover la labor de formación, de estudio y de acción desarrollada por las 117.000 organizaciones internacionales católicas que existen en el mundo para brindar asistencia sanitaria.

Para esta celebración jubilar, se llevó a cabo en la Nueva Aula del Sinodo del Vaticano el simposio internacional “La Iglesia al servicio del amor para los sufrientes”, desde el pasado martes hasta hoy.

ZENIT habló con el secretario de este dicasterio monseñor José L. Redrado O.H quien ocupa este cargo desde 1986. Redrado participó del simposio con la conferencia denominada “El pontificio consejo para los operadores sanitarios al servicio de las iglesias particulares, una historia de 25 años”.

-Usted que ha estado desde los inicios, ¿nos puede contar cómo es la tarea de comenzar un nuevo dicasterio en la Santa Sede?

Monseñor José L. Redrado O.H: Yo venía de llevar a cabo en España una gran actividad, y al inicio, cuando me encontré aquí casi me encontré sin nada para hacer. En realidad había todo por hacer. Había que inventar cosas, teníamos que planear un organigrama, hacer viajes innumerables que nos han dado la posibilidad de entusiasmarnos, de ver, de organizarnos cada vez más. Hoy podemos llegar a estos 25 años con un bagaje de organización inmenso que yo diría que es plataforma nada más, para los retos que se vienen.

-¿Cómo ha visto crecer este dicasterio?

Monseñor José L. Redrado O.H: Lo he visto crecer como se ven crecer los niños. Al inicio, parece que la vida es sencilla, no sabemos cómo comenzar a andar, titubeamos pero con gran esperanza de crecer y así lo he visto después de los primeros años de tanteo, de explorar este bosque inmenso que es la pastoral en general, hacer un camino para la pastoral de la salud, privilegiado, como lo ha privilegiado el Señor.

-Los frutos que ha visto en estos 25 años

Monseñor José L. Redrado O.H: La pastoral de la salud ha dado un progreso grandísimo cualitativa y cuantitativamente. He tenido el privilegio de viajar por todo el mundo y de ver nacer encuentros sobre la salud con mucho entusiasmo. La institución general del dicasterio ha tenido un brazo derecho que ha sido la Jornada Mundial del Enfermo, que ha dado a la Iglesia la oportunidad de reflexionar, la oportunidad de que realmente tantas conciencias que estaban un poco dormidas comiencen a despertarse. Tenemos también decenas de publicaciones, una revista, hemos hecho más de 259 viajes y detrás de ello hay mucha gente que ha trabajado con mucho entusiasmo.

-Este dicasterio ha tenido ya tres presidentes. ¿Que es lo que más aprecia de cada uno de ellos?

Monseñor José L. Redrado O.H: Comenzó con el cardenal Fiorenzo Angelini, quien tiene hoy 94 años. Estuvo al mando los primeros 12 años. Él ha desarrollado una fecunda labor en este “neonato dicasterio”. Siguió el cardenal mexicano Javier Lozano Barragán quien este momento, con su enfermedad está traduciendo en su propia vida, lo que ha dicho y lo que ha hecho por la pastoral de la salud.

Con el nuevo presidente Zygmunt Zimowski, proveniente de Polonia, esperamos que se consolide nuestro dicasterio al servicio de todo el mundo. Por ello nos encaminamos a recorrerla con creatividad y animación. Estos 25 años son fruto de líderes inspiradores, que han hecho posible que “esta máquina” funcione. Son expertos que han trabajado de forma inteligente y sacrificada.

-En un mundo donde reina la cultura de muerte, ¿cuál es el compromiso de este dicasterio para promover la defensa de la vida desde su concepción hasta su muerte natural?

Monseñor José L. Redrado O.H: El reto que se nos presenta es iluminar el inicio de la vida, el continuar la vida para que tenga sentido. Es darle también sentido al dolor y al sufrimiento. Es necesario dar estilo nuevo a la salud, a la vida cuando esté cansada, cuando parece que no tiene sentido. La semana que viene iré a Portugal y hablaré sobre el tema de los ancianos. La última etapa, la etapa de la vida que si la sabemos preparar antes, puede ser maravillosa y dar muchos frutos.

Por Carmen Elena Villa

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ZENIT Staff

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