Las familias, nuevos protagonistas de la misión; según Kiko Argüello

Padres con hijos se trasladan allí donde no hay presencia de la Iglesia.

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ROMA, viernes, 13 enero 2006 (ZENIT.org).- Después de que este jueves Benedicto XVI enviara como misioneras por el mundo a más de doscientas familias de comunidades del Camino Neocatecumenal, su iniciador revela que algunas de ellas irán a lugares donde la Iglesia no está presente, como por ejemplo a China.

Kiko Argüello, en una amplia entrevista a la agencia Veritas, explica los motivos que llevan a padres con hijos –con frecuencia numerosos– a dejar su casa, su trabajo y su país, para ser enviados a tierras lejanas a anunciar a Cristo.

«Existe una necesidad muy grande de ir a los países donde no hay presencia de la Iglesia, donde no hay presencia de Cristo. Porque los hombres tienen necesidad de saber también que se puede amar más allá de la muerte», asegura Kiko.

Por eso, aclara, «enviamos a un sacerdote por cada tres familias con todos sus hijos, para que ellos creen comunidades a partir del núcleo familiar».

«En este envío se mandan familias a zonas donde la situación es de paganismo total. Es una misión al estilo «Ad gentes» más puro», sigue ilustrando.

«Algunas familias se dirigen a ciudades del antiguo régimen comunista donde no existen aún las parroquias, a ciudades europeas donde se viven situaciones extremas de degradación, donde no llega la Palabra de Dios», revela.

«También enviamos familias a lugares de China, por eso no pueden decir su destino –aclara–. Pero también a muchos países, sobre todo en América Latina donde las sectas están haciendo estragos».

«Mandamos a nuestras familias a estos países paganos. Y allí irán formando nuevas catequesis como puedan, seguramente que al principio yendo casa por casa invitando a conocer el Evangelio y a Cristo, con su presencia, en la convivencia con vecinos, compañeros de trabajo, amigos», indica.

«Van donde las personas no están bautizadas, sin parroquias, se va a hacer misión a los gentiles, como los apóstoles».

El iniciador del Camino Neocatecumenal confiesa su alegría ante las indicaciones que la Congregación para el Culto Divino ha ofrecido para la celebración de la eucaristía en el seno de estas comunidades (Cf. Zenit, 1 de enero de 2006).

Kiko Argüello recuerda el comentario que hizo este jueves el Papa a las normas y asegura: «Nos alegra haberle escuchado decirnos que, con nuestra experiencia vivida en estos años, se puede confirmar que la centralidad del misterio de Cristo celebrado en los ritos litúrgicos, constituye un camino privilegiado e indispensable para construir comunidades cristianas vivas y perseverantes».

«Le estamos agradecidos porque nos ha concedido continuar con el cambio del rito de la paz, con el Eco de la palabra… en fin, que para nosotros ha sido un impulso para más», concluye.

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ZENIT Staff

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