Los obispos costarricenses: seguir encontrándonos con Cristo Vivo y comunicarlo a los demás

Mensaje de la CVI Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Costa Rica

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Los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica tras la CVI Asamblea Plenaria celebrada del 4 al 9 de agosto han enviado un mensaje destacando varios aspectos significativos.

Recogiendo la cita del Salmo 125 «El Señor ha estado grande con nosotros,y estamos alegres» los obispos señalan que en el contexto de la celebración del Año de la Fe, «contemplando la vida de la Iglesia con sensibilidad de pastores, reconocemos con satisfacción muchos  proyectos y acciones eclesiales positivas»

En primer lugar agradecen al Señor «el extraordinario regalo que significó el IV Congreso Eucarístico Nacional celebrado en Cartago, el  pasado mes de abril». Y afirman que «el amor y fervor demostrado por nuestro pueblo a Jesús Eucaristía nos compromete a seguir encontrándonos con Cristo Vivo y comunicarlo a los demás.»

Destacan también los prelados que «con júbilo y agradecimiento a Dios, se confirmó que el papa Francisco elevará a los altares al beato Juan Pablo II al reconocer como milagro la extraordinaria recuperación de Floribeth Mora, una mujer costarricense que padecía un aneurisma cerebral y que, por intercesión de Juan Pablo II, fue sanada el mismo 1º de mayo del 2011, día en que este fue beatificado».

En un segundo punto del mensaje, sobre «los jóvenes y el papa», los obispos de Costa Rica recuerdan las palabras del papa Francisco sobre pasar más tiempo con los jóvenes y por eso «queremos apoyarlos en su búsqueda e invitamos a nuestras comunidades a que, sin reservas, entren en una dinámica de escucha, de diálogo y de propuestas valientes a nuestra juventud».

En el siguiente tema de la carta de los obispos «María es de Costa Rica y Costa Rica es de María» señalan que «como cada año, miles de romeros y devotos de la Santísima Virgen María, venerada bajo la advocación de Nuestra Señora de los Ángeles, visitaron el Santuario acional en Cartago, casa común de todos los costarricenses.  «La Iglesia, cuando busca a Cristo, llama siempre a la casa de la Madre y le pide: «Muéstranos a Jesús». De ella se aprende el verdadero discipulado». Y es en este contexto que «se realizó la consagración de nuestro país a María, Patrona de Costa Rica». Un acto de «carácter estrictamente espiritual» subrayan, conscientes de la polémica y confusión que causo en algunos sectores políticos y sociales.

Para finalizar, lanzando «una mirada sobre la realidad nacional» observan que «los cambios sociales y culturales nos llaman a algo nuevo: a vivir de un modo renovado nuestra fe y su anuncio, mediante una evangelización nueva en su ardor, en sus métodos y en sus expresiones». Por eso, «con humildad, pero también con decisión, nos acercamos a este mundo y queremos ver en él una invitación de Dios a ser testigos de su nombre». Y quieren encaminar estos pasos con la ruta que el papa Francisco ha ido precisando: «Los obispos han de ser pastores, cercanos a la gente, padres y hermanos, con mucha mansedumbre; pacientes y misericordiosos.»    

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ZENIT Staff

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