Rusia: Un soldado de Chechenia, santo ortodoxo por aclamación popular

Con motivo de la Jornada de las Fuerzas Armadas

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

MOSCU, 24 febrero 2002 (ZENIT.orgAvvenire).- Los fieles de la iglesia de la Asunción de San Petersburgo han decidido adelantarse al Santo Sínodo ortodoxo exponiendo sobre el altar un icono del joven soldado Evgenij Rodionov, asesinado en Chechenia por los rebeldes.

El gesto, que quería ser una especie de aclamación popular de la santidad de Rodionov, tuvo lugar este sábado con motivo de la Jornada de las Fuerzas Armadas.

En la Iglesia ortodoxa, el proceso de beatificación es mucho más sencillo que en la Iglesia católica y es corriente e que se dé por proclamación popular.

La mayoría de los santos rusos en el pasado llegaron a los altares de esta manera. El proceso de canonización ha sido adoptado muy tardíamente.

El proceso del joven soldado está iniciado en la Comisión para las Causas de los Santos del Patriarcado de Moscú, que ha dedicado ya fondos para la construcción de una iglesia dedicada a Rodionov en la localidad de Khankala, cerca de Grozny, donde se encuentra el cuartel general de las fuerzas rusas en Chechenia.

El martirio de Rodionov, un recluta de 19 años, tuvo lugar durante la primera guerra chechena de 1994-96. El joven fue capturado cerca de Galashki por un grupo de rebeldes comandados por Ruslan Khajkhorojev.

Fue objeto de burlas y amenazas por llevar una cadena con la cruz al cuello. Reconociendo en él un cristiano convencido, los guerrilleros trataron de inducirlo a convertirse al Islam. Las tribulaciones del militar, mantenido en prisión encadenado, duraron tres meses después de los cuales fue decapitado.

Ayer, el arcipreste Aleksej Zotov, miembro del departamento sinodal para las relaciones con las fuerzas armadas, comentando la decisión de los fieles de San Petersburgo, dijo que existen otros testimonios de martirio análogo, añadiendo que «la guerra en Chechenia ha demostrado el honor y la pureza del soldado ruso y su heroísmo no debe ser olvidado».

Pero las vías de la santidad en Rusia son a menudo no solo dramáticas sino también sorprendentes. Ayer en la ciudad de Tambov se decidió levantar una iglesia en honor de san Lucas Vojno-Jasenetskij, canonizado por la Iglesia ortodoxa tras la caída del comunismo.

El santo es un personaje singular. Nacido en 1877, se convirtió en uno de los más famosos cirujanos rusos y fundó la Facultad de Medicina de la Universidad de Taskent en Uzbekistán.

Era muy religioso y adoptó una postura negativa hacia la revolución de 1917. En 1921 se hizo monje. Fue varias veces arrestado y mandado a campos de trabajos forzados en Siberia. Durante la segunda guerra mundial, sabiendo su fama de médico, el régimen lo hizo liberar y lo mandó a trabajar como cirujano militar en la retaguardia del Ejército Rojo, en Tambov, Rjazan y Tula. Sus méritos fueron tan grandes que, en 1945, fue condecorado con la Orden al Mérito en la Gran Guerra Patriótica y con el Premio Stalin.

El patriarca Alejo II, en el clima de relativa tolerancia hacia la Iglesia ortodoxa por sus «méritos patrióticos» durante la guerra, nombró a Vojno-Jasenetskij arzobispo de Tambov y luego de Simferopol y Crimea.

Caso único en la historia soviética, incluso como eclesiástico, siguió su obra de médico y publicó numerosas obras fundamentales de cirujía. Murió en 1961, está enterrado en la catedral de la Santísima Trinidad en Simferopol y ha sido canonizado por la Iglesia ortodoxa hace años.

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación