Se buscan soluciones para combatir la pobreza en África

Tres cuartas partes de los países más pobres del mundo son africanos

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LONDRES, sábado, 12 junio 2004 (ZENIT.org).- En medio de la preocupación por el estancamiento económico de muchos países africanos, el gobierno británico sigue impulsando un plan de desarrollo para aumentar los niveles de ayuda al continente.

La iniciativa busca estimular los esfuerzos para lograr las metas de financiación fijadas en el encuentro de Naciones Unidas en Monterrey, México, en el 2002. El encuentro de Monterrey a su vez se celebró para adoptar medidas de ayuda a las naciones en desarrollo para lograr las Metas de Desarrollo del Milenio fijadas por Naciones Unidas para el 2015.

Lanzado en enero de 2003, los ministerios británicos del Tesoro y de Desarrollo proponen el establecimiento de unas Facilidades de Financiación Internacional (IFF). El principal papel del IFF sería actuar como un mecanismo de financiación para proporcionar 50.000 millones de dólares adicionales al año en ayuda al desarrollo desde ahora hasta el 2015. Otras funciones incluirían la publicación de bonos para aumentar los fondos adicionales y asegurar los reembolsos eventuales a los compradores de los mismos.

El IFF en particular busca proporcionar a los países en desarrollo de garantías firmes de ayuda, de modo que permita a sus gobiernos ocuparse de las causas que subyacen tas la pobreza, en vez de adoptar un acercamiento sectorial. El Tesoro Británico observaba que sin recursos adicionales, los países africanos no podrían lograr la mayoría de las Metas de Desarrollo del Milenio.

Los detalles de la propuesta contenida en un documento publicado el 8 de abril por el Tesoro Británico explicaban que, de los 50.000 millones de dólares conseguidos bajo el IFF, se estima que serán necesarios al menos 10.000 millones de dólares al año para conseguir la educación para todos. Otros 10.000 millones de dólares se requerirán para combatir el VIH/Sida, la malaria y la tuberculosis. Y se necesitarán más de 25.000 millones de dólares al año para combatir la mortalidad maternal e infantil.

El documento observaba que cerca de 770.000 niños mueren de sarampión cada año, mientras que otros quedan ciegos, sordos o con daños cerebrales. Con todo, el coste por niño de la vacunación, incluyendo el equipo para inyectar, es sólo de 26 centavos. Casi 25 dólares por niño permitirán la inmunización contra seis graves enfermedades –la difteria, la tos ferina, el tétanos, la poliomielitis, el sarampión y la tuberculosis.

El esquema podría aumentar la dependencia de la ayuda por parte de los países a corto y medio plazo. Sin embargo, la propuesta afirmaba que la experiencia en algunas naciones ha demostrado que la ayuda extra les permite aumentar el crecimiento económico, permitiendo una reducción eventual de las ayudas. El documento de Tesoros Británico defendía que si se doblara la ayuda al África subsahariana desde los actuales 13.000 millones de dólares hasta los 26.000 para el año 2006, y si su producto interior bruto creciera en un 4%, se podría comenzar entonces a sustituir los mayores flujos de ayuda y sostener mayores gastos totales per capita para el 2020.

Todavía es necesario ultimar los detalles de cómo actuará el IFF. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial están ahora examinando la propuesta, con un informe para septiembre.

Promover la condonación de la deuda
Entretanto, el ministro del Tesoro Británico, Gordon Brown, también ha estado promoviendo que se condone la deuda de los países más pobres. Durante un encuentro de los ministros de finanzas del Grupo de los Ocho, obtuvo el acuerdo de Estados Unidos de acelerar la condonación de la deuda, informó el 24 de mayo el periódico Guardian.

El progreso de la iniciativa de aliviar la deuda del Tercer Mundo ha sido lento, y la caída de los precios de las materias primas ha dejado a muchos de los países más pobres en problemas incluso después de haber pagado algunas de sus deudas.

Y por su parte, el primer ministro británico Tony Blair ha formado una comisión para África. Blair estableció la comisión a principios de este año, para que revisara de un modo nuevo por qué África ha sido el único continente que ha visto cómo aumentaba su pobreza en los últimos 25 años, observaba el 5 de mayo el Guardian.

La inestabilidad política ha sido un factor importante en la falta de progreso económico en muchos países africanos. Ahora que se ha reforzado la democracia en el continente, por lo que hay esperanzas de a esto le sigan los beneficios económicos.

El Christian Science Monitor afirmaba en un artículo del 27 de abril que 43 de los 48 países del África subsahariana han celebrado por lo menos unas elecciones multipartidistas durante la última década, en comparación con 1990, cuando sólo tres naciones eran sólidamente democráticas.

El nuevamente reelegido presidente sudafricano, Thabo Mbeki, es un campeón del «buen gobierno», observaba el artículo. Mbeki está promoviendo el Nuevo Compañerismo para el Desarrollo de África, y la Unión Africana, los cuales buscan extender el buen gobierno y las prácticas democráticas.

Mezcla de noticias económicas
Las propuestas británicas han tenido lugar en medio de diversos informes sobre la situación económica en África. En un comunicado de prensa el 19 de abril, el Banco Mundial observaba que el crecimiento económico de África se ha ralentizado hasta un 2,4% el año pasado. El Banco Mundial, en su informe «Desarrollo Económico Global 2004», culpaba a un descenso agrícola relacionado con el clima, y a los reveses de los conflictos armados. Sin embargo, el informe predecía que el crecimiento económico en el África subsahariana subirá este año, elevándose hasta el 3,4%, y lo hará otra vez en el 2005, cuando se espera que suba hasta el 4,2%.

El informe también observaba que son particularmente agudas las necesidades de infraestructuras de África. Para cumplir con las Metas de Desarrollo del Milenio, se necesita un crecimiento económico anual del 7%, y la región también necesitará 18.000 millones de dólares al año en financiación de infraestructuras.

Otro estudio del Banco Mundial, «Indicadores de Desarrollo Africanos 2004», mostraba que las cifras de crecimiento continental encubren notables diferencias entre los países. En una nota de prensa el 7 de abril, el Banco Mundial hacía notar que 13 países subsaharianos tuvieron una media de crecimiento del 5% para el periodo 1995-2002, mientras que muchos otros vieron como sus economías se contraían.

Las diferencias se constatan claramente en los datos de ingresos nacionales brutos per capita. Los niveles medios de ingresos en los países sub-saharianos el año 2002 fue de 307 dólares. Pero estos niveles van de menos de 100 dólares per cápita en la República Democrática del Congo a más de 7.000 dólares en las Seychelles. Y mientras la mortalidad maternal es tan baja como 45 por cada 100.000 nacimientos en las Islas Mauricio, alcanza la cifra de 2.300 por cada 100.000 nacimientos en Ruanda.

En general, el Banco Mundial calcula que la mitad de los habitantes de la región todavía viven en extrema pobreza y África todavía alberga a cerca de las tres cuartas partes de los países más pobres del mundo.

Una pequeña noticia positiva fue que la red de ayudas a África subió cerca de un 35% en el 2002 con respecto al año anterior. «Sin embargo, en una base per cápita, fue de 27$ en el 2002, muy por debajo de los 40$ de 1992», afirmaba Alan Harold Gelb, director económico del Banco Mundial para la región de África. También se ha informado de progresos en educación, con inscripciones en las escuelas primarias que alcanzan el 87%, con un 80% en 1980. Y la tasa de analfabetismo cayó de un 47% en 1997 hasta un 37% en el 2002.

Una dificultad que afrontan los países africanos para salir de la pobreza es su gran dependencia de las exportaciones de materias primas. Esto
lleva a la mayoría de los países a «caer en la trampa de las materias primas que les condena a la pobreza y al endeudamiento», afirmaba un estudio publicado por la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas (UNCTAD). El Financial Times informaba el pasado 27 de febrero sobre este estudio.

El estudio observaba que sólo una de las 20 principales materias de exportación no petrolíferas de la región – está entre los 20 productos más dinámicos del mundo. De las 14 principales materias primas de interés de África, sin tener en cuenta el petróleo, 12 sufren de una alta volatilidad en los precios y nueve han experimentado bajadas duraderas en sus precios. UNCTAD atribuye parte de la culpa a los subsidios agrarios en los países ricos que han llevado a un exceso de producción y a la caída de los precios mundiales del algodón, los cacahuetes y el azúcar.

Resolver los problemas económicos de África no será fácil, y muchos factores, nacionales e internacionales, están implicados. Ante los 700 millones de personas del África subsahariana, los líderes locales y la comunidad internacional han contraído una grave responsabilidad.

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ZENIT Staff

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