Un mismo congreso misionero para todo el Continente Americano

El impulso evangelizador de la Iglesia en América se reunirá en Guatemala

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CIUDAD DE GUATEMALA, 8 septiembre 2003 (ZENIT.org).- Quinientos años después de que llegara el Evangelio de Jesucristo a tierras americanas, sólo faltan 77 días para que desde Alaska a Tierra del Fuego la Iglesia en América celebre su Congreso Misionero.

Convocado en Ciudad de Guatemala –del 25 al 30 de noviembre próximo– bajo el lema «Iglesia en América, tu vida es misión», el II Congreso Misionero Americano (CAM2) contará con la presencia del prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el cardenal Crescenzio Sepe, a quien Juan Pablo II ha designado como su enviado especial para el evento.

Los Congresos Misioneros Americanos tienen su origen en los Congresos Misioneros Latinoamericanos (COMLA). Éstos nacieron por inspiración y promoción de las Obras Misionales Pontificias y se organizaron en colaboración con las Conferencias Episcopales y la participación activa de las Iglesias particulares y de todos los organismos y fuerzas misioneras.

Los COMLA surgieron a su vez en los Congresos Misioneros Nacionales de México. Fue en 1977 cuando en la ciudad mexicana de Torreón tuvo lugar el VII Congreso Misionero Nacional. La presencia del cardenal Angelo Rossi, entonces Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, y de las delegaciones de los países de América Latina dieron a estos Congresos un carácter continental.

El I Congreso Misionero de América Latina (COMLA-1) se centró en «La salvación universal, compromiso en México». En 1983, se convocó el COMLA-2 en la ciudad de Tlaxcala, también en México, sobre el tema «Junto a María, misioneros de Cristo». Fue en este encuentro cuando se hizo oficial la sigla COMLA.

La capital colombiana, Bogotá, acogió el COMLA-3 en 1987 bajo el lema «América, ha llegado tu momento de ser evangelizadora». «América Latina, desde tu fe manda misioneros» fue el eje de la cuarta edición de Lima (Perú) en 1991.

El COMLA-5 se desarrolló del 18 al 23 de julio de 1995 en Belo Horizonte (Brasil) sobre el tema «El Evangelio en las culturas, Camino de vida y esperanza».

De esta forma, los COMLA han buscado profundizar en la responsabilidad misionera de las Iglesias locales de América Latina, antiguas y nuevas, intensificar los servicios recíprocos entre las Iglesias particulares y, desde éstas, dirigirse más allá de las fronteras, «ad gentes», según aclara la agencia misionera de la Santa Sede Fides.

Además, los encuentros ayudan a coordinar a nivel continental las iniciativas y las actividades misioneras que deben realizarse fuera de la propia frontera así como a asumir de manera corresponsable la misión evangelizadora de la Iglesia en todos los tiempos, en todas las situaciones y en todo el mundo por medio de la preparación y envío de misioneros y misioneras.

Del COMLA al CAM

La Asamblea especial del Sínodo de los Obispos para América, celebrada en el Vaticano del 16 de noviembre al 12 de diciembre de 1997 como preparación al Gran Jubileo del año 2000, consideró a América como una realidad única «por expresar no sólo la unidad bajo ciertos aspectos ya existentes, sino también ese vínculo más estrecho al cual aspiran los pueblos del continente y que la Iglesia desea favorecer en el ámbito de la propia misión, dirigida a promover la comunión de todos en el Señor» (Ecclesia in America, 5).

De acuerdo con el Sínodo y las indicaciones de la Santa Sede, los organizadores del COMLA-6, cuya celebración se fijó en 1999 en Paraná (Argentina), decidieron que estos encuentros misioneros constituirían uno de los primeros frutos del Sínodo para América, ya que reunían por primera vez en la historia a todos los misioneros de todo el continente, desde Alaska hasta Tierra del Fuego.

Así, el Primer Congreso Misionero Americano (CAM-1) y el VI Congreso Misionero Latinoamericano (COMLA-6) tuvieron lugar del 28 de septiembre al 3 de octubre de 1999 en la ciudad de Paraná en torno al tema «Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura».

Imágenes peregrinas y reliquias del Hermano Pedro

Entre las iniciativas previstas como preparación al CAM2, y con el objetivo de orar por su éxito apostólico, desde el sábado pasado se encuentran en Guatemala, procedentes de El Salvador, las imágenes peregrinas de la Virgen de Guadalupe y del Santo Cristo Crucificado de Esquipulas –desde noviembre del 2002 han peregrinado por todo Centroamérica–.

Esta peregrinación tiene también la finalidad de animar a las comunidades centroamericanas a construir el Reino de Dios a través de la evangelización, así como fortalecer la vivencia cristiana del Año Santo Misionero que vive la región.

En Guatemala se han unido a las imágenes peregrinas las reliquias del Hermano Pedro, ofrecidas para la ocasión gracias a la autorización del arzobispo metropolitano de Guatemala y presidente de la Conferencia Episcopal del país, monseñor Rodolfo Quezada Toruño.

La Reliquia corresponde a una pequeñísima parte de los santos restos del Hermano Pedro de Betancur, guardados en un relicario propio de la artesanía del occidente de Guatemala.

El Santo Hermano Pedro fue canonizado en julio del 2002 por Juan Pablo II en su viaje apostólico al país.

Más información en www.cam2guatemala.org.

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ZENIT Staff

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