EE. UU.: Las claves del voto católico

Habla el padre Neuhaus, director de la revista «First Things»

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NUEVA YORK, 9 nov (ZENIT.orgAVVENIRE).- La defensa de la vida y el apoyo a la enseñanza privada, constituyen según Richard John Neuhaus, las dos claves que mejor explican la opción electoral de los católicos en general en estas últimas elecciones.

Cuando el director de la revista estadounidense «First Things» ofrece esta entrevista, todavía se estaban contando en Florida los votos decisivos de los que saldría elegido el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Estados Unidos y el mundo entero han sido cogidos por sorpresa por esta situación, de modo que las declaraciones de este sacerdote, quien se convirtió al catolicismo tras haber sido un influyente pastor luterano en Estados Unidos comienzan con este tema.

–Tras lo que ha sucedido en estas elecciones, ¿tiene todavía sentido el sistema del colegio electoral?

–Las discusiones sobre este tema tienen lugar desde que existe la Constitución pero no preveo cambios. El sistema es igual para todos y los padres fundadores lo quisieron por dos razones: filtrar las emociones populares y dar peso a todos los Estados. Nuestra República es federal y, por tanto, este criterio tiene todavía sentido.

–Bush, sin embargo, podría ser presidente sin la mayoría de los votos populares. ¿Esto no disminuiría su legitimidad?

–También esto dará pie a muchas discusiones y muchas personas quedarán descontentas. Pero los estadounidenses tienen confianza en su Constitución y espero que la defiendan.

–Los republicanos han mantenido la mayoría en el Congreso pero con una ventaja mínima. ¿Significa esto una parálisis para el Gobierno durante los próximos dos años?

–No. Los Estados Unidos no son una república parlamentaria y por tanto el presidente puede gobernar. La mayoría en la Cámara y en el senado es importante porque determina las presidencias de las comisiones pero hay siempre flexibilidad en el voto de los parlamentarios. Por tanto, el consenso para las grandes iniciativas legislativas se busca de todos modos más allá de los confines partidistas.

–Los norteamericanos sin embargo han demostrado con los resultados electorales que están profundamente divididos.

–Por esto, creo que la decisión de Gore de poner a un grupo contra el otro, la clase media contra los ricos, tanto en el plano económico como en el social, lo ha penalizado. Si el vicepresidente ganara, la parálisis sería más probable, sobre todo porque sus relaciones en el mismo partido democrático son muy tensas.

–Usted se ha entrevistado personalmente con Bush, quien ha tratado de llegar al electorado católico. ¿Qué impresión le ha dado?

–Muy positiva. Es un hombre dispuesto a escuchar, más inteligente de lo que parece en los medios de comunicación, se siente bien consigo mismo. El vicepresidente, por el contrario, ha dado la impresión de tener una personalidad múltiple y esto es otro de los factores que lo han frenado.

–¿Cuáles son los temas que han acercado el voto católico a Bush?

–La defensa de la vida y la enseñanza. El gobernador de Texas, si es elegido, elegirá a los jueces del Tribunal Supremo que acabarán con la usurpación de las leyes. No eliminarán enseguida el aborto pero lo harán cada vez más inaplicable. Bush, además, ha prometido usar el poder ejecutivo para hacer que pase la prohibición del aborto por nacimiento parcial (o decapitación), exigir la notificación de los padres para las menores que quieren abortar y restablecer las limitaciones puestas por Reagan y quitadas por Clinton.

En el tema de la escuela, el gobernador de Texas está abierto a la idea de ayudar a las instituciones privadas, mientras que Gore es rehén de los sindicatos de profesores de la enseñanza pública.

–La pena de muerte ¿no es un problema?

–Ciertamente, pero ni Bush ni Gore gastarían su capital político para abolirla.

–Hillary ha sido elegida al Senado. Hay quien dice que ésta es la venganza de Clinton y ya se piensa en la primera dama como próxima candidata a la Casa Blanca.

–No es la venganza de Clinton porque Nueva York no representa a todo el país. En cuanto a la carrera de Hillary a la Casa Blanca, pienso que los más favorables serían los republicanos. De hecho están convencidos de que sería un batacazo como el de McGovern, porque es popular en Nueva York pero en el resto de los Estados Unidos no tiene el mismo seguimiento.

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ZENIT Staff

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