Presidente de Armenia: 1700 años de valores universales

Robert Kocharian explica por qué su país celebra sus raíces cristianas

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PARIS, 18 feb 2001 (ZENIT.org).- Al celebrar 1700 años de cristianismo, Armenia no cumple un gesto de fanatismo, recuerda más bien «valores cristianos que son esencialmente valores universales». Esta es la respuesta que ha dado el presidente de la República de Armenia, Robert Kocharian, en París, a donde llegó en visita oficial la semana pasada.

El viaje del mandatario tenía lugar semanas después de que la Asamblea Nacional Francesa cumpliera con un gesto histórico al reconocer oficialmente el genocidio armenio en el que, según fuentes armenias, murieron un millón y medio de personas a inicios del siglo XX.

Los dramáticos hechos tuvieron lugar con motivo de una brutal represión organizada por el gobierno turco, que deseaba expulsar a los armenios de una región por ellos controlada. Fuentes turcas consideran, por el contrario, que los asesinados fueron unos 300 mil. La decisión ha traído como consecuencia el deterioro de las relaciones entre Turquía y Francia.

El presidente de Armenia, República independiente desde 1991 cuando un referéndum zanjó su separación de la Unión Soviética, en una entrevista concedida al diario parisino «Le Figaro» (12 de febrero), ha explicado los motivos que han llevado a su gobierno a apoyar decididamente las celebraciones del aniversario del cristianismo como religión de Estado, fiesta que hoy recordó Juan Pablo II al presidir una solemne liturgia, celebrada en rito armenio, en la Basílica de San Pedro del Vaticano.

«Armenia es el primer país del mundo que adoptó el cristianismo como religión de Estado –explica el presidente Robert Kocharian en su entrevista concedida a «Le Figaro»–. Era el año 301. Esto significa que nosotros apreciamos los valores cristianos como lo hace la Europa moderna, la Europa civilizada. Esta realidad justifica por sí sola la celebración de este aniversario. Es también una ocasión para consolidar los lazos entre los armenios de la diáspora y Armenia. No sólo tratamos de convencer a la diáspora de que venga a invertir a nuestra tierra. Nuestro objetivo es más amplio: consolidar nuestras relaciones a nivel económico, político y cultural».

«El pueblo armenio no organiza estas festividades porque es fanático –aclara el presidente–, sino porque ha conservado hasta nuestros días valores cristianos que son esencialmente valores morales, valores universales».

Por lo que se refiere al reconocimiento del genocidio armenio, Kocharian desea que en el futuro sigan los pasos de Francia también otros países. Para fundamentar esta iniciativa, afirma: «Al visitar el museo del Holocausto, en Washington, pude leer una cita de Adolf Hitler. El Führer decía a sus fieles: «Podéis masacrar a los judíos. Podéis hacer lo que queráis. ¿Quién se acuerda hoy del genocidio armenio?».

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ZENIT Staff

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