En un documento hecho público el pasado 13 de febrero el episcopado salvadoreño pide la «elaboración concertada de un proyecto global de reconstrucción al que se puedan consagrar con pasión las mejores energías de todos y cada uno, sin excluir a nadie».
Este proyecto debería nacer, según los obispos salvadoreños, de «una mesa común para diseñar juntos el futuro de la nación».
Asimismo, el arzobispo de San Salvador, monseñor Fernando Saenz Lacalle, pidió ayer «alejar las banderas políticas» en lo que será el proceso de reconstrucción, aludiendo a pugnas entre el gobierno del presidente Francisco Flores y el opositor Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
«Actuemos no con la cachucha (sombrero) de partidos políticos, sino como ciudadanos», subrayó ante la prensa tras celebrar la eucaristía dominical, en que hizo un llamamiento a la conversión ante los dos terremotos que han causado un millar de muertos y pérdidas por unos 3.000 millones de dólares.
Se estima que los terremotos han destruido o dañado unas 315.000 casas, lo que ha provocado un aumento del déficit habitacional de 40 a 60%, según el Ministerio de Vivienda.
Cáritas El Salvador sigue movilizada para atender a las víctimas de la serie de seísmos que ha flagelado el país. Ha superado ampliamente el número de 72.000 familias atendidas, cifra registrada a inicios de febrero.
Asimismo siguen funcionando los comités parroquiales de detección de necesidades y recepción y reparto de ayuda.