ATENAS, 4 mayo 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II llegó en la mañana de este viernes Atenas a para comenzar uno de sus viajes más esperados de su pontificado: su peregrinación espiritual tras las huelas del apóstol Pablo por Grecia, Siria y Malta.
Desde el momento en que aterrizó en el aeropuerto internacional de Atenas, se pudo comprobar el carácter delicado de la misión. Como siempre suele hacer en sus viajes internacionales, el sucesor Pedro besó la tierra, que en esta ocasión le fue presentada por una religiosa. Tierra que procedía de un monasterio ortodoxo. Ahora bien, para no crear problemas entre los sectores nacionalistas ortodoxos que en las vísperas se han declarado contra su visita, estas imágenes no fueron transmitidas por la televisión griega.
Desde el inicio, Juan Pablo II, que en este mes de mayo cumplirá 81 años, dejó claro cuál es el objetivo de su visita: «Vengo como peregrino», fue una de las palabras que pronunció en su primer discurso en tierra griega, en el palacio presidencial, donde fue acogido por el presidente Constantinos Stephanopulos. El encuentro fue muy cordial. De hecho, Stephanopulos ha sido uno de los protagonistas que han hecho posible la visita, invitando oficialmente al Santo Padre a pesar de la oposición de sectores nacionalistas.
En su encuentro con el mandatario griego el pontífice quiso recordar, ante todo, la «gran deuda» que la civilización europea y la religión cristiana han contraído con Grecia. En griego se escribieron los evangelios; griega era la cultura que dominaba el mundo en el que creció Jesús. Mencionó incluso uno de los signos que identifican aquella cultura, los Juegos Olímpicos, que, como recordó el obispo de Roma, regresarán a este país en el año 2004.
Pero sobre todo, y este es el objetivo principal de la peregrinación del Papa, Grecia fue una de las primeras comunidades cristianas fundadas por San Pablo.
De este modo, el primer discurso del Papa en Grecia se convirtió en un reconocimiento de la gran aportación griega a la historia del cristianismo. En la Grecia de Sócrates y Platón, recordó, el cristianismo encontró un gran impulso: búsqueda de la virtud, respeto de la ley divina y una atención a la educación de los jóvenes que la Iglesia católica trata de continuar hoy también en ese país.
Se trata de una enseñanza que el Papa resumió con las mismas palabras del frontispicio del Templo de Delfos: «Conócete a ti mismo». De este modo, desde Atenas, hizo un llamamiento para que Europa «se conozca a sí misma».
«Sólo podrá conocerse a sí misma si explora de nuevo las raíces de su identidad, raíces que se hunden profundamente en la herencia helénica clásica y en la herencia cristiana que conducen al nacimiento de un humanismo fundado sobre la percepción de que toda persona humana es creada a imagen y semejanza de Dios».
Las primeras horas del Papa en tierra griega se caracterizaron por la hospitalidad, valor muy sentido en este país. Una hospitalidad que no renuncia a exponer las diferencias, pero que ha desmentido los actos de contestación vaticinadas por algunos medios de comunicación.
La peregrinación que comenzó el Papa este viernes continúa con su periplo por el Sinaí (Egipto) y Tierra Santa, anunciado en junio de 1999 para recorrer los grandes lugares de la salvación. El Papa viajará mañana a Siria y el 8 de mayo a Malta. Su regreso a Roma está previsto para el 9 de mayo.