CIUDAD DEL VATICANO, 4 septiembre 2001 (ZENIT.org).- Desde el 1 de enero de 2002, con la puesta en marcha de la moneda única europea, también el Vaticano tendrá su euro.
Mientras la Ceca del Estado italiano bate ya las 670.000 nuevas monedas europeas destinadas al Vaticano como cuota anual, la Oficina Filatélica y Numismática, creada en 1929, prosigue en su doble actividad, coronada por un vasto séquito de coleccionistas de todas las latitudes.
Amalia D´Alascio, subdirectora de la Oficina, explica en esta entrevista la actividad del organismo vaticano.
–¿En qué consiste su trabajo, desde el punto de vista filatélico?
–Amalia D´Alascio: Elegimos el programa filatélico en varias fases. La primera es de estudio: examinamos los acontecimientos más importantes del año, como aniversarios especialmente importantes para la Iglesia, para el arte, o históricos. Argumentos de una cierta relevancia en el plano cultural y religioso. Elegimos siete u ocho al año sobre los que basar nuestras series filatélicas. El programa se presenta a la Pontificia Comisión para el Estado de la Ciudad del Vaticano que delibera y da el asentimiento. Entonces comenzamos elegir al artista que prepara bocetos y de nuevo son sometidos a la aprobación de la Pontificia Comisión. Tras ella, se envían a las imprentas, tenemos en todo el mundo, en Francia, en Inglaterra, en Estados Unidos, en Canadá.
–Y, ¿por lo que se refiere a su trabajo en el campo de la Numismática?
–El proceso a seguir es análogo. Se eligen temas de interés cultural y se someten a la aprobación de la Comisión Pontificia. Luego, se contactan escultores, normalmente muy famosos, como Veroi, Manfrini, que preparan el boceto, en este caso un yeso, y lo presentan para la aprobación definitiva. Por último, el yeso se lleva a la Ceca italiana para la acuñación de las
monedas.
–Una actividad que hace pensar enseguida en los coleccionistas.
–Es verdad, tenemos muchísimos coleccionistas en todo el mundo. Tenemos en la lista de correo de envío del boletín cerca de 60.000 nombres y últimamente nos hemos «modernizado» creando en Internet, en el sitio del Vaticano, un sitio nuestro que ha tenido un gran éxito. Lo demuestra el gran número de pedidos de todo el mundo.
–¿Hay alguna pieza especialmente famosa que, como se suele decir, abre el apetito de los apasionados?
–Sí, son sobre todo los sellos relativos a las «sedes vacantes». Hay dos o tres que tienen un notable valor económico.
–¿A qué se debe?
–Porque se hicieron tiradas bastante limitadas y por tanto es muy difícil encontrarlos.
–¿Y en el campo de las monedas?
–En este caso cuenta la fecha de emisión: cuanto más hacia atrás, más difícil es encontrarlas. Por tanto, las monedas de los primeros pontificados son las monedas que obviamente tienen más valor.
–Dentro de pocos meses, acabarán en los bolsillos de millones de europeos las nuevas monedas y billetes del euro. ¿Cómo se está preparando el Vaticano a esta revolución?
–También nosotros estamos adecuando lentamente porque la Convención ha sido firmada recientemente. Por tanto, también nosotros nos incorporaremos al euro que tendrá probablemente la efigie del Santo Padre. Las monedas serán diseñadas por Veroi.
–Por tanto, ¿pronto habrá en Europa euros vaticanos?
–Ya queda poco…