Honduras: Cáritas denuncia el tráfico de emigrantes a Estados Unidos

Todos los años salen 35.000; sólo una décima parte alcanza su objetivo

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TEGUCIGALPA, 4 septiembre 2001 (ZENIT.org).- Unos 35.000 hondureños abandonan cada año su país en busca del «sueño americano», pero sólo uno de cada diez logra entrar en Estados Unidos, según informaron este lunes varias organizaciones de asistencia a los emigrantes.

El dato fue revelado en una conferencia de prensa por el Foro Nacional para las Migraciones (FONAMIH), la Pastoral Social-Cáritas de la Iglesia Católica y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), con ocasión del día nacional del emigrante, que se celebra el 2 de septiembre.

Según el FONAMIH, cifras oficiales indican que 35.000 hondureños salen cada año rumbo a Estados Unidos, aunque la cifra podría llegar a 100.000 si se tiene en cuenta el movimiento migratorio no registrado por las autoridades.

No obstante, sólo uno de cada diez hondureños que emprende la aventura de entrar ilegalmente a Estados Unidos logra finalmente su propósito. En su azoroso viaje, la mayoría es víctima de engaños y abusos por parte de los llamados «coyotes» o traficantes de indocumentados, que cobran un promedio de 3.500 dólares por guiar a los migrantes en una travesía peligrosa.

En los últimos diez años, según los informes, han desaparecido 230 hondureños en el trayecto. Algunas mujeres tienen que prostituirse y los hombres son obligados a servir de «mulas» de narcotraficantes, para poder pagar esas deudas contraídas con los coyotes.

Según el director de la Pastoral Social-Caritas de la Iglesia católica, Ricardo Banegas, la migración «es un fenómeno muy complejo con incidencias políticas, económicas y culturales», pero acusó directamente a los gobiernos por permanecer indiferentes ante la situación actual, sobre todo en el caso de la juventud.

«Si no hay trabajo, comida, salud, educación, se inicia un largo camino hacia el norte y los gobiernos son los responsables», sostuvo Banegas.

La población de Honduras es de algo más de seis millones de habitantes. Actualmente, sin embargo, viven 600.000 hondureños en Estados Unidos, incluyendo 120.000 indocumentados que en el año 2000 enviaron al país centroamericano remesas por valor de 409 millones de dólares.

Otros 50.000 hondureños residen en México, Canadá, Centroamérica y España. Entre 1998 y 2000 fueron deportados de Estados Unidos 8.000 hondureños, y otros 2.613 han sido expulsados entre enero y julio de este año.

Se estima que a final de 2001 los deportados llegarán a 6.000. En diciembre de 1998, el Gobierno de Estados Unidos concedió el llamado Estatus de Protección Temporal (TPS) para frenar las deportaciones, con el propósito de no agravar la situación por el drama provocado por el huracán Mitch a Honduras en octubre de 1998 a Honduras. El programa tenía una duración de 18 meses, pero el Gobierno estadounidense lo ha prorrogado en dos ocasiones, por lo que está vigente hasta agosto de 2002.

En 1999 se inscribieron 103.000 hondureños en el TPS, en el 2000 unos 95.000 y este año apenas 54.783.

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ZENIT Staff

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