Jerusalén, 13 septiembre 2001 (ZENIT.org–Fides).- Del mal puede surgir el bien. De la tragedia de Nueva York puede nacer una ocasión de diálogo y de paz para el Medio Oriente. Este es el mensaje de esperanza que lanzan los líderes cristianos de Tierra Santa.
En declaraciones concedidas a la agencia de la Santa Sede, Fides, el padre Pierre Grech, secretario general de la Conferencia de los Obispos católicos de las Regiones Árabes (CELRA), subraya: «Estamos sobrecogidos ante el drama que se ha descargado sobre la humanidad; pero esta tragedia puede tener el efecto de sacudir la conciencia de los responsables y de las poblaciones de Israel y Palestina e inducirles a reencontrar el camino del diálogo y de la paz».
«Se trata del único bien que puede sacarse de un mal tan grande –opina–. Hoy no existe un proyecto político para resolver el conflicto. Nos encontramos en la oscuridad más absoluta, y la desesperación ayuda a la violencia. Esperemos que, de este trágico evento, pueda surgir un cambio de paz».
El padre Grech hace notar que el odio antiamericano en Oriente Medio ha aumentado tras las opciones de política exterior de la administración Bush: «La gente se siente desilusionada y lo considera demasiado amigo de Israel. El futuro plantea el problema de la posición norteamericana hacia el mundo islámico. Hay muchos nudos que desatar: las cuestiones ligadas a Jerusalén, Palestina, Irak, Irán…».
«En el tercer milenio, uno de los principales desafíos para occidente y el cristianismo es el de las relaciones con el Islam», asegura.
Después del atentado de Nueva York han expresado también su opinión los líderes cristianos del Consejo de las Iglesias de Oriente Medio (MECC), formado por líderes católicos, ortodoxos y protestantes. En un documento expresas su pésame al pueblo americano y aseguran sus oraciones.
«El mal no prevalecerá, Cristo nos lo ha enseñado», asegura el reverendo Riad Jarjour, secretario general del MECC.
En un declaraciones a Fides, el profesor Justo Lacunza Balda, presidente del Instituto Pontificio de Estudios Árabes e Islamismo, hace notar que «el terrorismo es una de las formas actuales del mal en nuestras sociedades».
«Es necesario construir sociedades y Estados sobre valores de paz y justicia, no sobre la fuerza –añade–. El comercio de armas, alimentado por Occidente, es una de las plagas de nuestro mundo que alimenta las guerras. Hay al menos 62 áreas del mundo que son teatro de conflictos, con miles de víctimas».
Según Lacunza, «dentro de los movimientos islámicos integristas no hay grupos que cuenten con una fuerza logística tal que puedan realizar el atentado de Nueva York. Todos hablan de Bin Laden, quien ya ha realizado empresas de este tipo, pero la situación es muy compleja y demuestra la determinación y el odio difuso contra la civilización norteamericana».
