ALTAMY, 21 septiembre 2001 (ZENIT.org).- Los creyentes en el Islam en Kazajstán, que constituyen la mayoría de la población, recibirán al Papa con los brazos abiertos. Lo ha confirmado Wungar Haj Omirbeg, portavoz de la Gran Mezquita de Almaty en una entrevista concedida a la agencia vaticana Fides
Wungar, explica: «Todos los que trabajan por la concordia y la paz del mundo son bienvenidos. Todas las religiones tienen una base conún: Dios, la fe, la paz».
La visita del Papa a este país, no muy lejós de Afganistán, ha quedado marcada por los atentados de la semana pasada en Estados Unidos. El representante del Gran Mufi, pide no confundir fundamentalismo con Islam.
«Si un hombre sigue la religión, ésta le lleva al Espíritu y a la paz –explica–. Pero hay que seguir verdaderamente la religión. Y los hombres son diferentes, como los cinco dedos de una mano. Todos escuchan, pero luego cada uno hace opciones diferentes».
Wungar Haj Omirbeg confiesa: «Mi corazón está con el pueblo americano en este momento de dolor, pero hay que precisar también que, si el atentado lo ha hecho un musulmán, esto no quiere decir que es culpable todo el Islam en bloque».
«Conozco muy bien los extremismos existentes en Asia, el integrismo, el terrorismo, pero el Occidente no debe echar la culpa al Islam», apostilla.
«El Papa es conocido como persona buena, gentil –asegura–. Es el padre de muchas personas y pueblos. En Kazajstán nos consideramos afortunados de poder hospedarlo. Su visita nos ayudará a reconocer que todos somos hijos de un único Dios. Si servimos a Dios, estamos unidos entre nosotros».
El Gran Mufi estará presente en la ceremonia de bienvenida y dirigirá al Papa un discurso, concluye revelando su portavoz: «Estamos preparando también un regalo para el Papa, pero no puedo decir cuál será. Es un secreto».