ASTANA, 25 septiembre 2001 (ZENIT.org).- Con un llamamiento a la paz y al diálogo entre cristianos y musulmanes, Juan Pablo II se despidió en la mañana de este martes de Kazajstán.

«Nación con una riqueza de siglos de historia, ¡tu sabes bien la importancia y la urgencia de la paz!», exclamó el Papa en el aeropuerto internacional de Astana, en esta región de la estepa euroasiática, en tensión en plenos preparativos de las represalias previstas contra Afganistán en respuesta a los atentados contra Estados Unidos del 11 de septiembre.

Paz
«Estad dispuestos a promover la paz tan frecuentemente amenazada por el espectro de guerras catastróficas», dijo con voz firme en ruso el Santo Padre a los 16 millones de ciudadanos del país.

En la ceremonia de despedida participaban el presidente de Kazajstán, Nursultan Nazarbayev, así como los obispos católicos de las cercanas Repúblicas centroasíaticas, y otras personalidades civiles.

El pontífice pidió a los ciudadanos del país, conformado por más de cien etnias diferentes, que hagan de Kazajstán «tierra de frontera y tierra de encuentro», «puente entre Europa y Asia».

Diálogo entre cristianos y musulmanes
«Amaos los unos a los otros» fue el lema de esta visita pontificia. Esta fue también la consigna que dejó el pontífice a cristianos y musulmanes en Kazajstán. «Sobre esta línea --exhortó-- las nuevas generaciones también deben continuar con un nuevo compromiso».

Por último, el Papa invitó a los cristianos kazajos a promover un «intenso despertar espiritual» en estas tierras que ahora experimentan el vacío ideológico provocado por los tiempos del comunismo.

El pontífice despegó de Astana rumbo a Armenia en un avión de la compañía KazakhAir. En las montañas del Cáucaso el pontífice celebra ahora los 1.700 años del aniversario de la proclamación del cristianismo como religión oficial armenia. La visita apostólica internacional número 95 del Papa concluirá el próximo jueves.