ROMA, 21 septiembre 2001 (ZENIT.org).- El Gobierno español considera que el actual sistema de financiación de la Iglesia Católica es satisfactorio y revisarlo no es oportuno, y estima que tampoco es recomendable modificar la enseñanza de la religión, según declaró este jueves el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, tras entrevistarse con Juan Pablo II.

Piqué manifestó que la enseñanza de la religión católica en España es una demanda social y que el Gobierno está dispuesto a que se desarrolle, «con sentido común», como está establecido en los acuerdos.

Ante la polémica desatada por la decisión de varios obispados de no renovar el contrato a profesores de religión, Piqué afirmó que la idoneidad de los docentes debe ser una prerrogativa de la jerarquía católica.

«Sería difícil de explicar que sea un estado laico, aconfesional, como el nuestro, el que se encargara de decidir esa idoneidad», subrayó Piqué.

El ministro indicó que el Gobierno está de acuerdo con el sistema establecido, pero precisó que la renovación de los contratos «debe ejecutarse con prudencia y explicando los motivos (en el caso de que se prescindan de contratados)».

«Se debe hacer con toda la sensibilidad social necesaria», añadió Piqué, quien insistió en que esta polémica no debe interferir en las relaciones entre los dos Estados.

El ministro reconoció, además, que «es cierto que desde algunas instancias políticas y medios de comunicación se ha intentado crear un clima de tensión», entre el Estado y la Iglesia.

«Es también verdad que casos como el de Gescartera ha podido ser utilizado para poner en entredicho el sistema de financiación de la Iglesia Católica, sin darse cuenta que son dos cosas diferentes», siguió reconociendo.

Josep Piqué se mostró a favor de que la Iglesia Católica se esfuerce para explicar «el origen y destino de los recursos que emplea, algo que siempre es bueno».

Piqué fue recibido ayer en audiencia por Juan Pablo II en su residencia de verano de Castel Gandolfo, al sur de Roma, y después se entrevistó en el Vaticano con el secretario de Estado vaticano, el cardenal Angelo Sodano; con el sustituto de la Secretaría, el arzobispo Leonardo Sandri, y con el secretario para las relaciones con los estados, el arzobispo Jean-Louis Tauran (Cf. Zenit, 20 de septiembre de 2001).