Juan Pablo II: La Iglesia responde a la violencia con el mensaje de Cristo

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Palabras al concluir la primera beatificación de dos esposos

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CIUDAD DEL VATICANO, 21 octubre 2001 (ZENIT.org).- La violencia en Tierra Santa y la incertidumbre internacional actual llevan a los cristianos a anunciar el mensaje de Cristo, afirmó Juan Pablo II este domingo antes de rezar la oración mariana del «Angelus» al concluir la primera beatificación conjunta de dos esposos.

Este mensaje de esperanza, aclaró, se hace particularmente elocuente, en el testimonio de las familias.

Ofrecemos a continuación las palabras del pontífice.

* * *

1. Queridos hermanos y hermanas:

Se celebra hoy la Jornada Misionera Mundial (DOMUND), instituida hace 75 años por el Papa Pío XI. Recuerda a todo el Pueblo de Dios la permanente actualidad de la misión confiada por Cristo a su Iglesia de anunciar el Evangelio a todas las naciones (cf. Mateo 28, 19). Este mandato adquiere una urgencia particular a inicios del tercer milenio, al constatar esa inmensa porción de la humanidad que todavía no conoce o no reconoce a Cristo. Por tanto, la misión «ad gentes», a todos los pueblos, es hoy más válida que nunca.

En la hora actual no faltan por desgracia situaciones amenazadoras, que provocan ansia en toda la humanidad. Con profunda tristeza recibo las dolorosas y preocupantes noticias de Belén, así como de las ciudades de Beit Jala y Beit Sahour. La guerra y la muerte han llegado incluso a la plaza de la Basílica de la Natividad de Nuestro Señor. En nombre de Dios, repito una vez más: para todos la violencia no es más que un camino de muerte y destrucción que deshonra la santidad de Dios y la dignidad del hombre.

Expreso a las familias víctimas de la violencia mi cercanía en el dolor, en la oración y en la esperanza. Ellas tienen el don de vivir en la Tierra Santa para judíos, cristianos y musulmanes. Todos deben tener el compromiso de hacer que sea finalmente tierra de paz y de fraternidad.

2. Ante estas tensiones negativas que se manifiestan en el mundo, la Iglesia responde reforzando el compromiso por anunciar a Cristo, esperanza del hombre y esperanza del mundo

En esta misión de esperanza, un papel de primer orden es confiado a las familias. La familia, de hecho, anuncia el Evangelio de la esperanza con su misma constitución, pues se funda sobre la recíproca confianza y sobre la fe en la Providencia. La familia anuncia la esperanza, pues es el lugar en el que brota y crece la vida, en el ejercicio generoso y responsable de la paternidad y de la maternidad. Una auténtica familia, fundada en el matrimonio, es en sí misma una «buena noticia» para el mundo.

En nuestro tiempo, además, son cada vez más numerosas las familias que colaboran activamente en la evangelización, ya sea en la propia parroquia y diócesis, ya sea compartiendo la misma misión «ad gentes». Sí, queridas familias, ha madurado en la Iglesia la hora de la familia, que es también la de la familia misionera. Lo confirma la beatificación de hoy de los esposos Luigi Beltrame Quattrocchi y María Corsini. A su intercesión, unida a la de María Santísima, confiamos de manera particular el compromiso misionero de las familias cristianas.

3. Lo hacemos ante la venerada imagen de la Virgen de Loreto, que ayer y hoy ha estado entre nosotros ayudándonos a percibir de manera más concreta la materna presencia de la Virgen y a revivir el espíritu de la Santa Familia de Nazaret. En este mismo espíritu, recitamos ahora la oración del «Angelus».

[Traducción del texto original en italiano realizada por Zenit]

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ZENIT Staff

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