CIUDAD DEL VATICANO, 3 diciembre 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha asegurado a los enfermos de sida que no deben sentirse solos y les aseguró la cercanía de toda la Iglesia.

«Queridos hermanos y hermanas enfermos de sida, ¡no os sintáis solos! El Papa está a vuestro lado y con cariño os apoya en vuestro difícil camino», dijo este sábado al intervenir en la conclusión del Simposio Internacional sobre el «Voluntariado católico en la sanidad».

El encuentro fue organizó por el Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, organismo de la Santa Sede presidido por el arzobispo mexicano Javier Lozano Barragán, del 30 de noviembre al 1 de diciembre en el Vaticano.

El pontífice, en el día en que se celebraba la Jornada Mundial de las Naciones Unidas dedicada a la lucha contra el sida, dirigió también un llamamiento para que se dé una auténtica conciencia pública sobre las causas y las consecuencias de la enfermedad provocada por el virus VIH.

«La Iglesia se pone al lado de los hombres de ciencia, y alienta a todos aquellos que se dedican incansablementge para curar y derrotar esta grave forma de enfermedad», añadió el pontífice.

«Siguiendo el ejemplo de Cristo --aclaró --, [la Iglesia] considera la asistencia a quien sufre un elemento fundamental de su misión, y siente que es interpelada en primera persona por este nuevo ámbito del sufrimiento humano».

«Consciente de que todo enfermo es un "camino particular" para la acogida de la Palabra, se inclina con amor sobre todo hermano y hermana afectados por este mal», exigió.

Por último, el Papa dejó una consigna a los profesionales del mundo de la sanidad y a los voluntarios: «A vosotros se os confía la tarea de hacer sentir a quien se encuentran en el dolor el amor y el consuelo de Cristo».

«A través de vosotros --concluyó-- debe resonar en el corazón de estos hermanos y hermanas que sufren la invitación, llena de amor, de Jesús: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré».