CIUDAD DEL VATICANO, 15 febrero 2002 (ZENIT.org).- La Santa Sede pidió este viernes a la Iglesia ortodoxa rusa el reconocimiento de la libertad religiosa de los católicos en ese país.
Tras el duro comunicado del patriarca Alejo II en contra de la creación de cuatro diócesis católicas, Joaquín Navarro-Valls, director de la Oficina de Información del Vaticano, consideró que están en juego los derechos fundamentales de los creyentes garantizados por las leyes rusas.
«Más allá de hechos contingentes –explica en un comunicado oficial–, el interrogante de fondo me parece que es el siguiente: ¿se quieren aceptar y tutelar los derechos fundamentales de la libertad de conciencia y de libertad de religión que constituyen el fundamento de toda forma de convivencia pluralista?».
«Estos derechos implican que todo culto sea reconocido y respetado en su identidad específica, evitando discriminaciones entre ciudadanos por motivos religiosos, como por otra parte es garantizado por el ordenamiento civil de la Federación rusa», concluye el documento.
El patriarcado, como han explicado en declaraciones recientes varios de sus representantes, considera que todos los cristianos del país en su «territorio canónico» deberían obedecer a la Ortodoxia rusa.
Por este motivo, niega el derecho de la Iglesia católica a abrir diócesis en Rusia, a pesar de que el patriarcado ha creado diócesis ortodoxas en países de tradición católica, sin establecer ningún tipo de consulta previa con la Santa Sede.