CIUDAD DEL VATICANO, 25 febrero 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II alienta con entusiasmo el que sacerdotes y seminaristas estudien en Roma, pues considera que en el centro de la cristiandad pueden descubrir nuevos horizontes para su labor evangelizadora.
El pontífice hace su sugerencia en un mensaje que ha escrito a los obispos de Argentina, con motivo de la inauguración del Colegio Sacerdotal Argentino y que ha sido publicado este lunes por la Sala de Prensa de la Santa Sede.
Las Conferencias Episcopales de muchos países cuentan en la ciudad eterna con centros en los que seminaristas o sacerdotes pueden concluir sus estudios en Roma. Argentina, a diferencia de otros países latinoamericanos, no contaba hasta la fecha con su centro propio.
En estos «Colegios», los estudiantes encuentran un ambiente de serenidad para dedicarse a los estudios y la posibilidad de cursar diplomados, licencias, doctorados… en las Universidades y Ateneos Pontificios de Roma, focos mundiales de la filosofía y teología católicas.
Ahora bien, para el pontífice Roma no sólo constituye una oportunidad por el elevado nivel científico de estas instituciones. Considera que los estudiantes, al encontrarse codo a codo con alumnos del resto de los países del mundo entran también en contacto con «las diversas realidades eclesiales».
Otra de las oportunidades de Roma, sigue diciendo su obispo, es la de entrar en contacto con los testimonios que dejaron los primeros cristianos, así como numerosos hombres y mujeres que a través de la historia demostraron en esta ciudad su fidelidad a Cristo.
Además, sigue diciendo el Papa Wojtyla, «la estancia en la Iglesia de Roma, sede de Pedro y de sus sucesores, ha de servir para acrecentar la fidelidad a ella».
«Todas estas circunstancias son, sin duda alguna, fuente de vigor evangelizador y de vitalidad eclesial, pues hacen ver mejor la estrecha vinculación de cualquier proyecto o acción pastoral con los orígenes mismos de la misión de la Iglesia», concluye el Santo Padre.