ROMA, 25 febrero 2002 (ZENIT.org).- Cuarenta escuelas, en su mayoría llevadas por la Iglesia, fueron destruidas por la erupción volcán del Nyiragongo el 18 de enero, dejando a 24.000 niños sin escuela y a 700 profesores sin trabajo.
La constatación de los daños ha sido hecha pública en la agencia católica africana CISA por el padre Patxi Otondo, misionero de Africa, párroco de Nuestra Señora de Africa, en Goma occidental.
La reconstrucción de Goma, tras la erupción volcánica, se complica por el hecho de que la zona es controlada por la guerrilla, no reconocida por la comunidad internacional. Las actividades están prácticamente paralizadas.
Por otra parte, Nyiragongo no ha acabado su actividad y 500.000 vidas podrían depender en estos momentos de este volcán.
El padre J. M. Balegamire afirma, sin embargo, que es admirable el fuerte sentido de unidad nacional mostrado en tiempo de adversidad en un país en guerra civil, y con la presencia de ejércitos extranjeros.
Las escuelas maristas de todo el mundo han organizado programas de concienciación, oraciones especiales y apoyo financiero. El deseo principal es que los jóvenes puedan acabar su año académico.
El proyecto «Tent School» prevé proporcionar dos aulas para grupos de edad diferentes con un mobiliario básico.
Por si fuera poco, el 8 de febrero violentas tormentas destruyeron una de las escuelas gestionadas por los maristas en Bobandana, unos 20 días después de las erupciones en Goma.
Los maristas piden, en su último boletín informativo, rezar por el pueblo afectado por las erupciones y las tormentas y afirman que la solidaridad mostrada en tiempo de crisis podrá ayudar a curar algunos de los efectos de las últimas destrucciones así como de la larga guerra civil.