WASHINGTON, 7 marzo 2002 (ZENIT.org).- El presidente George Bush se entrevistó el pasado martes con el patriarca ecuménico Bartolomé I, líder espiritual de los cristianos ortodoxos del mundo.
Tras el encuentro el patriarca, dijo que habló con Bush sobre su reciente visita a Irán, un anterior viaje a Bahrain y un posible futuro viaje a otro país musulmán. También hablaron de la situación de la paz en Oriente Medio, informó Bartolomé I.
Según explicó el patriarca a la prensa a la entrada de la Casa Blanca, Bush «aseguró que hay allí mucho odio y que continuará sus esfuerzos hasta que sea capaz de ofrecer la paz a esa región y al mundo».
Bartolomé es el «primus inter pares» de 14 Iglesias ortodoxas autónomas, incluyendo las de Grecia, Rusia, Serbia, Albania, Bulgaria y Rumanía.
Reveló que Bush le preguntó sobre su papel «en todo el mundo ortodoxo», y respondió al presidente que su trabajo implica «coordinar los esfuerzos panortodoxos y asegurar la unidad panortodoxa».
Durante su visita a Irán, Bartolomé dijo que los líderes cristianos, judíos y musulmanes deben promover el diálogo y la coexistencia pacífica, especialmente desde los atentados del 11 de septiembre.
Preguntado si la entrevista del martes indica que Bush reconoce su papel en promover la solidaridad entre las diferentes confesiones, Bartolomé respondió: «Lo había reconocido incluso antes».
Otro miembro de la delegación, el arzobispo Demetrio, dijo que Bush manifestó «real amor, real aprecio por lo que el patriarca ecuménico hace» en el fomento «de la paz universal y la amistad universal».
«Sobre todo fue un encuentro extremadamente fructífero y creativo y, al mismo tiempo, muy humano –dijo Demetrio–. No hubo formalidad. Hubo comunicación real, directa, humana entre los dos líderes que tienen que afrontar problemas serios y difíciles y tienen que depender de todos las posibles fuerzas positivas para reforzar sus esfuerzos».