CIUDAD DEL VATICANO, 14 marzo 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II impulsó este jueves el proceso de reconciliación entre las dos Coreas al recibir al nuevo embajador de Seúl ante la Santa Sede.
En un discurso pronunciado ante el señor Hyun-seop Seo, de 58 años de edad, diplomático de carrera, el Santo Padre reconoció que Corea «atraviesa un momento muy delicado en las relaciones entre el Norte y el Sur».
«Tenemos que esperar que la reciente evidencia de buena voluntad y progreso, aunque tenue –especificó el Papa–, llegue a madurar y nos sea obstaculizado por preocupaciones que no estén ligadas directamente al bienestar del pueblo coreano en su conjunto».
El obispo de Roma calificó como de «significante cambio para la península el paso de los Gobiernos de Seúl y de Pyongyang de orientarse hacia la reconciliación de toda la nación coreana, independientemente de la forma política que asuma».
«Es un proceso difícil y complejo con importantes implicaciones para la región y el mundo en su conjunto», aseguró el pontífice.
Propuso por ello dos principios claves para la reconciliación entre las dos Coreas: «diálogo y solidaridad».
«Hablar de diálogo y solidaridad», según el Papa, es sinónimo de la fórmula que propuso para la Jornada Mundial de la Juventud, 1 de enero de 2000: «no puede haber paz sin justicia, y no puede haber justicia sin perdón».
«La Iglesia católica en Corea –concluyó– está profundamente comprometida en testimoniar el carácter inseparable de la justicia, del perdón y la paz, para ayudar a los coreanos a perseguir el camino del diálogo y la solidaridad, el único que puede llevar a una nueva era de concordia».
Corea, está dividida en dos (el norte marxista y el sur abierto a Occidente) por el paralelo 38 desde que se firmó el armisticio de 1953, tras tres años de conflicto. La frontera no sólo separa dos formas de gobierno radicalmente opuestas, sino también a miles de familias, parientes y amigos.
El proceso de reconciliación fue lanzado por el presidente de Corea del Sur, Kim Dae-Jung, premio Nobel de la Paz 2000 y primer jefe de Estado católico del país asiático, cuando en junio de 2000 se encontró con el líder norcoreano Kim Jong Il, en Pyongang.
