Católicos cubanos denuncian la intensificación de la persecución

En una Declaración del Consejo Diocesano de Laicos de Pinar del Río

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PINAR DEL RÍO, 9 abril 2003 (ZENIT.org).- Los laicos de la diócesis cubana de Pinar del Río difundieron el domingo una declaración en la que expresan su preocupación por las circunstancias que atraviesa el país, agravadas por la reciente ola de detenciones de disidentes pacíficos.

El documento denuncia el «recrudecimiento de la intolerancia y la persecución, manifestado en detenciones y juicios sumarísimos a opositores y disidentes».

Estos se enfrentan a sanciones muy severas «que nunca deberían ser aplicadas a persona alguna por el hecho de pensar y actuar pacíficamente de modo diverso».

El texto constata igualmente los obstáculos con los que tropiezan las iniciativas laborales y «formas de subsistencia económica éticamente aceptables», situación que «deja a muchas personas sin recursos» y que está generando «descontento y confusión crecientes».

El Consejo Diocesano de Laicos de Pinar del Río apuesta en su declaración por perseverar en la fe, por la serenidad y el diálogo como vía de solución de los conflictos y por la promoción de la comprensión más allá de las diferencias «acompañando a todo aquel que sufre la injusticia».

Publicamos a continuación el texto íntegro difundido por el obispado de Pinar del Río.

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Declaración del Consejo Diocesano de Laicos de Pinar del Río

El Consejo Diocesano de laicos de la Diócesis de Pinar del Río, reflexionando sobre la situación actual en Cuba, percibe una realidad cualitativamente nueva en la vida de nuestro pueblo y manifiesta su preocupación por el rumbo futuro que pueda tomar el acontecer nacional.

Se evidencia descontento y confusión crecientes en nuestro pueblo, debido a las condiciones críticas para la subsistencia, agudizadas por el freno a nuevos proyectos viables, al trabajo por cuenta propia y a otras formas de independencia económica éticamente aceptables, lo que deja a muchas personas sin recursos para vivir dignamente.

También vivimos un recrudecimiento de la intolerancia y la persecución manifestado en detenciones y juicios sumarísimos a opositores o disidentes, para los que se pide severas sanciones, que nunca deberían ser aplicadas a persona alguna por el hecho de pensar y actuar pacíficamente de modo diverso.

Por otro lado se puede percibir una madurez gradual de la oposición política que ha sido puesta a prueba en esta coyuntura, y al mismo tiempo una apertura de nuevos espacios de solidaridad y participación del resto de la sociedad civil.

Por esto creemos que son tiempos de:

–Mantenernos fieles a nuestra Fe, viviendo su dimensión profética y solidaria desde nuestro compromiso personal y comunitario, especialmente con los que sufren.

–Manifestar total transparencia, cordura y serenidad, en lo que se dice y se hace.

–Buscar siempre el diálogo como vía de solución a los conflictos y desterrar la violencia como actitud y como modo de vida. La cerrazón, el endurecimiento, y el ataque a las personas, desde cualquiera de las partes, nunca son métodos válidos para salir de las crisis.

–Promover la comprensión y la solidaridad entre personas y grupos más allá de las diferencias, acompañando a todo aquel que sufre la injusticia (Cfr. Homilía del Papa en la Plaza José Martí de La Habana, p5b).

De la buena voluntad y el espíritu de concertación de todos, depende en gran medida la superación pacífica de la crisis que vivimos, con el menor costo humano posible. Pongamos todo nuestro empeño para que así sea. Elevemos nuestra oración confiada a la Virgen de la Caridad, madre de todos los cubanos, para que haga de la nación cubana un hogar de hermanos y hermanas.

Consejo Diocesano de Laicos

Pinar del Río, 6 de abril de 2003

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ZENIT Staff

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